El tema del que trato hoy parece muy alejado de nuestros intereses occidentales, uno más de los conflictos que cubren la malherida piel del mundo. Para mí tiene importancia afectiva, porque pasé por Mali hace años y dejé allí un amigo con el que ahora la guerra me ha hecho perder todo contacto. Pero si lo traigo como la entrada de mi blog es porque ilustra muy bien la complejidad del mundo y la dificultad, casi la imposibilidad, de encontrar soluciones pacíficas a muchos de los problemas que lo afligen.
Localización de las principales confederaciones tuareg en el Sahara y el Sahel. |
Los tuareg (singular targui) son una etnocultura nómada que vive en el Sahara central y el Sahel, ocupando regiones pertenecientes a tres países, Mali, Argelia, y Níger.
Sobrevivir en el desierto como pueblo no es nada fácil. Imposible hacerlo en las inmensas penillanuras saharianas, donde el paisaje, con la excepción de pequeños y raros oasis, es absolutamente mineral. Solo hay posibilidades de vida en las montañas, donde los erráticos vientos húmedos que llegan a veces pueden condensarse en lluvias, y donde las fracturas del terreno pueden abrirse en manantiales por los que afloren aguas profundas. En el corazón del Sahara hay cinco macizos montañosos, cuatro de los cuales están ocupados por los tuareg: el Hoggar y el Tassili en Argelia, el Adrar de los Iforas en Mali y el Air en Níger. Además de en estas montañas, hay confederaciones tuareg que viven más al Sur, en el Sahel, donde el clima no tiene la aridez absoluta del Sahara central y es más fácil el pastoreo nómada que los tuareg practican. Particularmente importante en lo que se refiere al poblamiento tuareg es la región predesértica cruzada por el río Níger en una extraña excursión de ida y vuelta hacia el desierto, a la que se llama Bucle del Níger. Alrededor de este bucle, tanto hacia el Sur como hacia el Norte, viven algunas confederaciones tuareg que nomadean con sus rebaños, aquí no solo de camellos,sino también de burros, cabras y hasta vacas.
Las confederaciones tuareg vivieron hasta finales del siglo XIX sin rendirle vasallaje a nadie, el desierto era, sencillamente, suyo. Con una estructura feudal, la cúspide de cada confederación estaba ocupada por tribus de raza blanca que hacían la guerra y controlaban las caravanas que cruzaban el Sahara, bajo ellas había tribus mestizas de pastores soldados, libres aunque vasallos de los primeros, y en la base de la escala social tribus negras de pastores y agricultores, esclavos de los primeros y los segundos.
Los tuareg han sido siempre gente belicosa, que ha vivido no solo del pastoreo nómada, sino de la imposición de peajes a las caravanas que cruzaban el Sahara y hasta del bandidaje. Muy temidos por su valor, consecuencia de que en su cultura los guerreros no tienen absolutamente ningún miedo a morir luchando, fueron convertidos al Islam hacia el siglo XII y han practicado su religión de un modo más laxo que los árabes.
A pesar de estos trazos duros, consecuencia de tener que vivir en un medio natural extremadamente difícil, la cultura tuareg es refinada. Su lengua hablada es el tamachak, pero también tienen una lengua escrita, el tifinagh, dominada sobre todo por las mujeres de las castas superiores y dedicada fundamentalmente a la poesía. Para confirmar la predominancia de la mujer en las sociedades tuareg, los linajes familiares se rigen por un sistema matrilineal, es decir, son las madres, no los padres, las que fundamentan las estirpes. Coherente con esto es el hecho de que, pese a la práctica de la religión islámica, la poligamia es prácticamente desconocida entre los tuareg. Además las mujeres tuareg pueden divorciarse con facilidad, lo que les da una gran independencia social.
A finales del siglo XIX, casi toda el Africa Occidental situada al Norte del Ecuador fue colonizada por Francia, que sometió entre otros a las confederaciones tuareg. Ya en el siglo XX, cuando los imperios coloniales desaparecieron, Francia creó aquí un país de síntesis llamado Mali, que desde un punto de vista etnocultural estaba compuesto por dos mitades muy distintas: hacia el Norte, una inmensa región desértica poblada por nómadas camelleros de raza blanca, los moros de origen árabe y los tuareg de origen bereber, más dos etnias de raza negra, los peul que nomadeaban sus rebaños de vacas por el Sahel y los songhay que ejercían más bien la agricultura en las orillas del río Niger. Hacia el Sur, sabanas de tipo saheliano y guineano pobladas por agricultores sedentarios de raza negra, con predominancia de los bambara, que eran con mucho la etnia mayoritaria en el conjunto de Mali.
Said Ag Attaher, un tuareg Ifora, líder de la revuelta de los 1960. |
Las confederaciones tuareg de Mali, en particular sus castas aristocráticas, se opusieron siempre a esta tutela bambara que el colonizador francés quiso imponerles. Habiendo sido creado Mali en 1960, ya entonces hubo una sublevación tuareg, sin éxito, seguida de muchas escaramuzas y una segunda sublevación en los 1990's, también sin éxito, o con un éxito relativo, porque tras las sublevaciones se imponía una paz negociada en la que los tuareg conseguían una cierta autonomía y participación en el gobierno de Mali, principalmente en el Ejército, dadas sus inclinaciones guerreras.
Pero la frustración tuareg se ha mantenido siempre viva. Las sequías terribles que se han sucedido en el Sahel desde los 1980 han dificultado mucho el nomadismo tradicional. Muchos jóvenes tuareg tuvieron que emigrar y lo hicieron con predominancia hacia Libia, donde se integraron como mercenarios en el ejército de Ghadafi, que siempre mantuvo aspiraciones de dominancia militar en el Sahara.
Iyad Ag Ghali, un tuareg Ifora, líder de la revuelta de los 1990. |
Cuando, recientemente, Ghadafi fue depuesto y ajusticiado, estos militares tuareg volvieron a su desierto en Mali, pero lo hicieron con armas y bagajes. También con una idea: liberar definitivamente lo que ellos llaman el Azawad, que viene a ser la mitad Norte de Mali, para convertirlo en una República laica en la que convivieran democráticamente las etnias dominantes en la zona: tuareg, moros, peules y songhais. Bajo la cobertura política del llamado Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) se aliaron los guerreros procedentes de Libia con intelectuales tuareg que vivían en la diáspora francesa y con muchos notables de las castas aristocráticas de las confederaciones tuareg de Mali. Además unieron sus fuerzas con el líder histórico de la sublevación de los 1990, Iyad Ag Ghali, personaje con un gran predicamento entre los tuareg de la confederación de los Ifora, capaz de movilizar para la lucha independentista a muchos tuareg del interior. Con este montaje, en solo dos meses consiguieron expulsar al Ejército regular de Mali del Azawad, prácticamente sin derramamiento de sangre, y proclamar la independencia de la República Laica del Azawad en abril de este año.
Pero Iyad Ag Ghali está resultando tener una retorcida personalidad, que recuerda la de aquellos nobles de la Edad Media, capaces de intrigas y traiciones pero amados a la vez y seguidos hasta la muerte por sus vasallos. En la sublevación tuareg de 1990 jugó, con su Movimiento Popular del Azawad, un papel central, siendo reconocido entonces como el caudillo rebelde de la confederación tuareg de los Ifora. Acabada esta guerra con unas negociaciones que reforzaban la autonomía tuareg, Iyad rechazó un puesto destacado en el ejército de Mali y se dedicó a los negocios. Se inicia entonces la etapa oscura de su agitada vida, en la que se mueve por Libia, Argelia, Pakistan, donde parece sufrir una violenta conversión al islamismo radical y el Golfo Pérsico, donde en 2008 es nombrado consul de Mali en la ciudad saudí de Djeddah y en 2010 expulsado por los saudíes por sus presuntos lazos con Al Qaeda.
Cuando a comienzos de este año 2012 los militares tuareg que, procedentes del ejército libio, se integran en el MNLA e inician la liberación por las armas del Azawad, Iyad Ag Ghali se alía a ellos con unos 1000 guerreros a los que controla. Está entonces en Kidal, la ciudad que hace de capital de la federación tuareg de los Iforas. Organiza a sus hombres en un movimiento al que llama Ansar Dine, que significa “Defensores de la Fé”, y colabora militarmente con el MNLA, jugando un papel destacado en la conquista de Kidal y la expulsión del ejército de Mali del Azawad.
Al comenzar esta guerra del desierto, las fuerzas del MNLA eran superiores a las de Ansar Dine. Ante el éxito militar, en abril del 2012 el MNLA proclama la independencia de la que llama “República Laica del Azawad”, una democracia que no estará mediatizada por la religión islámica y en la que podrán convivir en pie de igualdad las razas que pueblan el Azawad, moros, tuareg, peules y songhays. Ya entonces Iyad Ag Ghali se muestra reluctante con esta idea; él no aspira a la independencia del Azawad, sino a la imposición de la sharia, o ley islámica basada estrictamente en el Corán, en todo Mali. Ante las discrepancias, y habida cuenta de que los conquistadores del Azawad necesitan mostrar unidad frente al mundo, se inician de inmediato conversaciones entre el MNLA y Ansar Dine para poner en marcha una Constitución y un gobierno de la nueva república. Estas conversaciones tienen lugar en Gao, la ciudad más importante del Azawad, que está bajo control del MNLA, mientras que Tombuctú y Kidal son controladas por Ansar Dine.
Algo raro pasa en el mes que transcurre durante estas conversaciones. La posición del MNLA se va debilitando, muchos de sus soldados se pasan a las filas de Ansar Dine, que tiene el dinero para pagarles y los recursos y suministros que empiezan a faltarle al MNLA. Además Ansar Dine radicaliza sus posiciones: quiere una República Islámica acorde con la sharia, también integra en sus filas de un modo ostensible a militantes destacados del grupo terrorista Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), una organización que perpetra secuestros de europeos y emboscadas terroristas desde su refugio en las montañas del Adrar de los Iforas, cerca de Kidal. Por fin, para sorpresa de muchos, el 25 de mayo terminan las conversaciones con un acuerdo entre el MNLA y Ansar Dine por el que se constituye la República Islámica del Azawad. ¿Islámica? ¿Cómo es posible, si el MNLA tenía un claro pronunciamiento laico? El significado de “Islámica” es que se rige por unas leyes que como mínimo son compatibles con la Sharia, el derecho basado en el Corán. Pero esto contraviene totalmente los principios laicos del MNLA. Se genera un gran escándalo y confusión, y el 5 de junio hay, finalmente, una declaración del MNLA por la que se rechaza el acuerdo anterior.
En estos momentos la situación es muy confusa. ¿Qué está pasando?
El desierto es como el mar, un medio totalmente hostil al desenvolvimiento de la vida humana. Si en el mar hace falta un barco para piratear o hacer la guerra, en el Sahara, tradicionalmente, ha sido necesario el camello. Los tuareg han dominado durante siglos el Sahara central porque eran grandes nómadas camelleros. Hoy las cosas han cambiado. La guerra en el desierto es una guerra de guerrillas que exige gran movilidad y buena información. El camello ha sido sustituido por la camioneta pickup, siempre que es posible la Toyota Land Cruiser, con una ametralladora pesada montada en la plataforma de carga. La guerra se hace mediante golpes de mano o emboscadas por un grupo de camionetas armadas que han estado viajando durante toda la noche. Pero estas camionetas no sirven para nada si no está garantizado el suministro de combustible. La información, indispensable para obtener inteligencia de los objetivos y coordinar los ataques, se consigue a través del telefono satelital, que permite la comunicación instantánea por muy apartado que sea el lugar donde se esté.
Es fácil neutralizar a un ejército guerrillero en el Sahara si se le hace imposible el suministro de combustible y se le corta el acceso a la red de comunicación satelital. En cuanto al combustible, la ruta al Azawad más directa es a través de Argelia, ya que las comunicaciones con el Sur de Mali están cortadas, y las rutas desde Mauritania o Níger son muy dificultosas. Y el teléfono satelital de uso común en el Sahara es el Thuraya, gestionado por una Telecom que tiene su base en Abu Dhabi. Ella o sus filiales pueden cortar las comunicaciones de quien quieran y cuando quieran, además de que estos teléfonos, dotados todos de GPS, permiten a los que controlan la red satelital saber con precisión dónde están los que se están comunicando a través de los Thuraya.
Lo anterior significa que para tener alguna posibilidad de ganar esta guerra hay que contar con apoyo exterior. EL MNLA ha intentado desde el principio obtener el apoyo de Occidente, huyendo del islamismo radical con su propuesta de República Laica y comprometiéndose a exterminar el foco terrorista de AQMI que tiene su base en el Adrar de los Iforas.
Iyad Ag Ghali parece contar con otros apoyos más inquietantes. ¿Quizá Argelia, o los grupos salafistas del Golfo Pérsico, cercanos a las monarquías fundamentalistas que gobiernan muchos de aquellos países? Nada está probado, pero el caso es que Occidente no apoya al MNLA y que Iyad Ag Ghali tiene ahora más dinero y recursos que nunca, convirtiéndose poco a poco en el grupo dominante de los que luchan en el Azawad.
La gran fortaleza potencial del MNLA está en su laicismo y su posición claramente antiterrorista. Pero no es ya que el laicismo sea su fuerza, sino que el fundamentalismo islámico es la gran debilidad de Ansar Dine. Ayer y hoy están teniendo lugar manifestaciones de mujeres tuareg en Kidal, que se oponen a la aplicación de la sharia por Ansar Dine en su ciudad, lo que las convertiría de libres en sometidas, obligándolas a llevar el burka y otras lindezas semejantes. Estas manifestaciones están siendo reprimidas a bastonazos.
Puede que, finalmente, sean las mujeres tuareg quienes inclinen la balanza del apoyo popular en favor del MNLA. En cualquier caso, el futuro se presenta difícil para estos últimos. Ni los gobiernos vecinos (Niger, Mauritania, Argelia) ni las grandes potencias parecen querer un Azawad independiente, difícil de conseguir, por otra parte, sin que Tombuctú, Gao y Kidal reciban los recursos suficientes para mantener una vida urbana estable, lo que exige una paz consolidada, buenos vecinos y el apoyo de las grandes potencias.
En todo caso yo, hasta el momento, simpatizo con el MNLA. Recogen lo mejor de la cultura tuareg, quieren democracia, huyen del fundamentalismo y el terrorismo, responden a reivindicaciones muy antiguas no solo de los tuareg, sino de todos los saharianos, que quisieran poder gobernarse por ellos mismos, dado lo especial que es su modo de vida. Por último, no son conducidos por un líder carismático capaz de despeñarlos, sino que se gobiernan por un directorio.
Suerte para ellos y apoyo en todo lo que nos sea posible.
Algunas referencias (todas en francés):
Muy buenas referencias para seguir la marcha de este conflicto desde la perspectiva de los tuareg son: Tamoudre, Toumast Press y Temoust.
Y desde el punto de vista de la prensa de Mali: Maliweb.net/
Y desde el punto de vista de la prensa de Mali: Maliweb.net/
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