domingo, 27 de enero de 2013

Acerca del amor



Maternidad

Escribe en su blog una amiga que acaba de tener su primer hijo (traduzco yo al español):

<< No me canso de mirarlo. Para mí es un tesoro cada momento que paso con él. Amo su olor, sus manitas, la forma en que las mueve cuando se siente cómodo, sus gruñiditos!!!... lo amo tanto… tanto… tan de verdad!!!

(…)

Este niño es ahora el centro de mi mundo y precede a todo lo demás.

(…)

Amo sus manos y cómo aprieta mis dedos con fuerza. Si solamente pudiera hacerle saber que no iré a ningún sitio, que estaré siempre aquí para él! …y su sonrisa… tiene la sonrisa más hermosa, una sonrisa tan poderosa que ilumina mis días y da sentido a las cosas importantes de mi vida.

Me cuesta esperar a todas las aventuras que a su vez nos están esperando!!

Felices dos meses!! Te amo chiquito.>>

-----o-----  

Este es un ejemplo bellísimo de ese amor maternal que se derrama todos los días sobre el mundo en una infinidad de nacimientos, quizá la forma de amor más generosa de todas las que existen. Amor maternal que es semejante al amor postulado por Simone Weil (mi entrada anterior) para el Dios creador, pues la madre, trayendo a su hijo al mundo, se retira, renuncia a mucho, retrocede para que su hijo viva.

Comparado con todo el resto de lo que constituye nuestra naturaleza, lo que tiene el amor de único es que no pertenece al individuo humano que somos, no está ligado en exclusiva a nuestra (mi, tu, su) particular línea de vida. Pues el amor es por su propia esencia compartido, los individuos humanos solo podemos vivir el amor si lo estamos compartiendo unos con otros.

Esto es así incluso cuando no hay reciprocidad en el compartir. Un individuo humano puede amar a otro y no ser amado por éste, pero el amor, esa propiedad transitiva, proyectiva, que hace que el individuo humano se salga de sí mismo, ya existe en él.

¿Acaso no nos permite esta presencia inevitable del amor mantener un cierto optimismo sobre el futuro del mundo?



lunes, 21 de enero de 2013

La Creación y el problema del Mal en Simone Weil

Simone Weil (1909 - 1943)

Simone Weil fue una inteligente y comprometida filósofa, activista y mística francesa que murió prematuramente en el curso de la II Guerra Mundial. La admiro mucho, me parece una de las mujeres más interesantes del siglo XX, no solo por su obra, también por su vida. Ya he escrito una entrada sobre ella en este blog el 28 de febrero de 2007.

Ahora he conseguido un texto suyo que quiero comentar aquí. Forma parte de uno de los documentos y cartas recopilados en el libro “A la espera de Dios”, traducción al español (Trotta Eds. 2009) del original francés “Attente de Dieu”, el cual puede descargarse gratis por gentileza de la Universidad de Quebec.  Los textos que contiene  fueron escritos por la Weil entre el 19 de enero y el 26 de mayo de 1942, poco antes de su muerte.

En el texto al que está dedicada esta entrada expone Simone Weil su explicación de la Creación por Dios de nuestro entero Universo. Lo he traducido así:

<<En lo que toca a Dios, la Creación no es un acto de expansión de sí mismo, sino de retirada, de renunciación. Dios más todas las criaturas es menos que Dios solo. Dios ha aceptado esta disminución. Ha vaciado de sí una parte del ser. Se ha vaciado ya en este acto de su divinidad; es por esto que San Juan dice que el Cordero ha sido sacrificado desde el principio del mundo. Dios ha permitido la existencia de cosas que no son Él y que valen infinitamente menos que Él. Mediante el acto creador se ha negado a sí mismo, como Cristo nos ha prescrito negarnos a nosotros mismos. Dios se ha negado a nuestro favor para darnos la oportunidad de negarnos por Él. Esta respuesta, este eco, es la única justificación posible a la locura de amor del acto creador>>.

Esta visión de la Creación (y de su análogo cosmológico en las teorías científicas del origen del Universo) supone un giro copernicano respecto a todo lo generalmente afirmado o supuesto. Según ella el Universo no aparece como consecuencia de una acción positiva de Creación por parte de Dios, sino como consecuencia de que ese Dios, que por su propia condición de tal ocupa la totalidad, se retira voluntariamente para dejar un hueco espaciotemporal en el que se desarrolle el Universo. Su Creación lo es por tanto no por acción, sino por omisión, no por presencia, sino por ausencia.

Por cierto que esta visión de Simone Weil está directamente inspirada en la de un cabalista judío del siglo XVI, Isaac Luria, que vivió en Safed y completó la Cabala surgida del Zohar de Moses de Leon, el cabalista judeoespañol (sefardita) del siglo XII.

Para la Weil, esta Creación por omisión es una consecuencia del amor de Dios. Y el hecho de que Dios se retire para permitirnos existir justifica la inevitable existencia del Mal en nuestro Universo. Pues ese Mal no es sino la ausencia del Bien, inevitable consecuencia de la retirada divina. Isaac Luria explica este misterio de forma más poética. El dice que Dios, al retirarse para permitirnos existir, deja en nuestro Universo algunas chispas de misteriosa luz divina, y que de estas chispas se apropian partes de nuestro Universo que aceptan el plan creador de Dios y partes que lo niegan. Este es el origen de la existencia de Bien y Mal en nuestro Universo, que luchan entre ellos para apropiarse de esas chispas de luz que su oponente  porta.

En cualquier caso, he traído este texto aquí, junto con el levísimo comentario hecho por mí de un asunto tan escabroso y profundo, como un ejemplo de lo que es el lenguaje religioso, un lenguaje comunicativo radicalmente diferente al lenguaje instrumental  que utilizamos para organizar nuestro estar_en_el_mundo. Ese lenguaje comunicativo es no solo el de la religión, sino también del arte, el amor humano y el asombro ante la belleza del mundo (así como de sus contrapartidas). Mientras que el lenguaje instrumental lo es de la ciencia, la técnica y todo lo normativo que nos permite organizar y ordenar nuestro espacio humano (así como de lo que nos permite desordenarlo y desorganizarlo).

miércoles, 16 de enero de 2013

El conflicto del Azawad y mis fuentes de información


En mi entrada  de este blog “El Azawad en la encrucijada” (6 octubre 2012), publicó ayer un comentario un lector Anónimo en el que decía:  “Agradezco la información: aunque estimo conveniente que citara sus fuentes e informe sobre su nombre y perfil académico. Nuevamente muchas gracias”.

 Yo empiezo esta entrada agradeciendo al lector Anónimo el interés que demuestra su comentario. Me hace sonreír el que siendo él Anónimo estime conveniente que yo informe sobre mi nombre y perfil académico. ¡Esto es Internet, querido amigo, es decir, la jungla!  Mi nombre es el de guerra de mi blog, Olo, y mi perfil académico se me ha quedado ya muy atrás. Creo que fue Bernard Shaw quien se definió a sí mismo como un joven que empezó su carrera sabiendo mucho de muy poco y que devino en un viejo que terminó la suya sabiendo muy poco de mucho. Ese es mi caso: yo fui un joven que siendo un científico que estudiaba un tema muy concreto, el de la kariogamia en ciertos hongos, lo sabía casi todo de casi nada, y terminé siendo un viejo jubilado que después de haber practicado la planificación estratégica y dedicándose finalmente  a su vocación de siempre, la literatura, ha llegado a saber casi nada de casi todo.
Aunque si escribo algo sobre el Azawad es después de esforzarme por encontrar la verdad de lo que aquéllo es y lo que está pasando allí. ¿Cómo? Consultando las fuentes de información que pueden encontrarse en Internet, pero también mediante mi experiencia, pues hace años que viajé por todo el Sahara y el Sahel occidental e hice algún amigo allí, una amistad que mantuve durante años.
(1).- En cuanto a mis fuentes de información.
Sigue una lista de las URL que consulto con más frecuencia. Desde ellas podrá cualquiera que se interese y tenga tiempo llegar hasta los últimos arcanos que sobre el Azawad y los Tuareg puede ofrecer Internet.
http://www.tamoudre.org/ (en francés). La mejor web sobre temas relacionados con el Azawad, los tuareg, su cultura y los conflictos actuales. Tamoudre es una asociación francesa de gente que se interesa por el puebloTuareg y sus problemas.
http://www.mnlamov.net/ (en francés). La web oficial del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad, disparador (aunque no origen) del conflicto que actualmente tiene lugar en Mali. Esta web ha decaído mucho, en correlación estrecha con la pérdida de poder e influencia del MNLA. Pero su lectura sigue siendo esencial.
http://temoust.org/ (en francés). Una web escrita por la diáspora Tuareg en Francia (sede actual en Lyon). Intenta extender su alcance a todo el país Tuareg, disperso entre Mali, Niger , Argelia y Libia. En lo que se refiere a noticias del día, bebe en las fuentes de tamoudre.

http://toumastpress.com/ (en francés).Muy ligada al MNLA y con mucha información.

Estas cuatro son mis páginas de lectura diaria (a veces alguna no funciona, no lo hizo Toumast y ahora no lo está haciendo Temoust). 

Luego hay otras a las que acudo para contrastar noticias o estados de ánimo cuando algo importante ha pasado, y que se corresponden con colectivos o países no Tuareg pero vitalmente interesados, por vecindad o por razones estratégicas, en las guerras del Azawad.
Clasificadas por distribución geográfica son:
a).- De Mali.
Ambas en francés. Recogen información de la prensa de Mali y otras prensas africanas y francesas y tienen un buen nivel periodístico.
b).- De Mauritania. Un vecino muy cercano a Mali y clave para entender el conflicto.
http://www.wmaker.net/saharafr/  (en francés) Sahara Media, el periódico electrónico de Mauritania.
c).- De Argelia.
http://www.elwatan.com/ (en francés) Uno de los primeros diarios argelinos.

 http://www.lequotidien-oran.com/El otro gran diario argelino en francés.

d).- De Francia.
http://www.rfi.fr/ (en francés) La web de Radio France International, con muchas noticias sobre el Africa francófona.
Finalmente incluyo un potpourri de webs que tienen información de interés relacionada con el conflicto del Azawad.

Pastores nómadas Tuareg, con sus inmensos turbantes, y comerciantes Songhay, con sus gorros copudos y multicolores, esperando la llegada de un ministro del Gobierno de la República de Níger en las salinas de Teguidan Tessoumt. 

Africa es una esplendida mezcla de etnias, fuente de solidaridad pero también de conflicto.


(2).- Mi experiencia en la zona.

Viajé hace muchos años (1981) por todo el Sahara central y el Sahel nigerino y maliano.  Fue un viaje con mochila a la espalda y contacto muy cercano con la población. Hice amigos de paso, con uno de ellos me escribí durante años. Era un joven tuareg de Tombuctú que quería emigrar hasta Libia, pero no lo dejaron pasar los argelinos, que lo tuvieron preso en Adrar durante algún tiempo, para devolverlo después a Mali con muchos compatriotas.

Luego quiso llegar a España, atravesando a las Canarias desde Nuakchott, la capital de Mauritania, vía Nuahdibu. Estos tipos de viajes duran meses, como los de la Antigüedad. Estando mi amigo en Nuakchott, esperando una oportunidad de paso, me escribió su última carta, muy corta, en la que me decía que todos allí afirmaban que los españoles eran unos racistas. Luego no supe más de él durante años. Hace dos o tres conseguí encontrar su email, a través de Internet, cómo no. Vivía en Tombuctú como constructor. Empecé a planear con él un viaje allí, pero la situación empezó a ponerse difícil, fueron los comienzos del conflicto actual, se hicieron frecuentes los secuestros de extranjeros, el gobierno español desaconsejaba viajar a Mali. Cuando yo le escribía mis temores, él me contestaba que no me pasaría nada, “Ça c’est notre desert” decía, “este es nuestro desierto”. Pero enseguida, como consecuencia inmediata de la caida de Ghadafi en Libia, se inició el conflicto, y el Sahara quedo sellado, una vez más, para los extranjeros. Tombuctú fue ocupado por los extremistas islámicos de Ansar Dine y yo he perdido todo contacto con mi amigo.

Cuento todo esto para poner de manifiesto que las guerras de los países dependientes las inicia siempre la pobreza, que no es miseria, sino injusticia, abandono, olvido. Que la gente de sitios como el Azawad o Mali son como nosotros y tienen unas raíces culturales muy respetables de las que se sienten orgullosos y por las que intentan regir sus vidas.

Esta guerra del Azawad no debió empezar nunca, es una guerra entre intereses conflictivos que no tienen nada que ver con aquellas tierras y sus gentes. Occidente, Francia por un lado, con sus viejos intereses neocoloniales, su uranio, su electricidad, etc. El Islam político, no el religioso, por otro, desde los emiratos del Golfo Pérsico hasta Al Qaeda, con sus aspiraciones a convertir el oro negro en poder o con sus ansias de revancha. 

En medio, la gente de Mali, fundamentalmente inocente respecto a lo que amenaza con caérseles encima.

La guerra del Azawad se veía venir y pudo haberse evitado. Ojalá sea corta y no produzca mucho sufrimiento.









sábado, 12 de enero de 2013

Volaron los chalilos en Chiloé


El 9  de enero del 2013 han volado los chalilos en Chiloé. Me lo comunica amablemente un lector de mi blog que reside en San Juan, comuna de Ancud.  Este año lo han hecho casi exactamente un mes antes que en 2012 y 2011, ¿será esto aviso de un verano más cálido?

Estaba yo en Duhatao el 8 de febrero de 2011. Por la mañana
el mar estuvo cubierto por bancos de niebla. Por la tarde hizo
mucho calor, puesto de manifiesto en el bellísimo crepúsculo.
Y cuando empezó a anochecer
 ¡todo se llenó de chalilos enamorados!
En cualquier caso, sí es señal de lo próxima que está la naturaleza en Chiloé. Una multitud de chalilos ha esperado impaciente en los escondrijos de sus colonias, dentro de árboles muertos, contando el calor que cae sobre ellos los días veraniegos, descontando el frío de las noches, hasta que ha llegado el momento en que han acumulado lo suficiente de esa hormona desconocida para que se produzca una revolución. ¡Todo el mundo a volar en busca de una pareja, todos listos para engendrar nueva vida, nuevas colonias, tiempo niño y nuevo!

Lo que circula con ellos en sus vuelos, lo que se entremete con ellos hasta en los rincones más inaccesibles de las casas chilotas, es amor, un amor animal y primitivo, quizá por eso más inocente y desinteresado que el que circula por nuestros cerebros humanos.




La vida de la mayoría de estos chalilos voladores será brevísima. Pero eso es según el tiempo de fuera. Y el tiempo que verdaderamente cuenta, para los chalilos también, es el de dentro, ese que puede hacer sus vidas inmensas. 

martes, 8 de enero de 2013

¿Guerra relámpago en el Azawad?


Todo indica que la torpeza con que están actuando las potencias occidentales (Francia, teóricamente el gendarme del Africa occidental, pero también la UE, la OTAN y USA) en el Azawad les puede jugar una mala pasada. Ansar Dine, el grupo islamista formado por Iyad Ag Ghali y constituido por tuareg malianos, ha empezado a avanzar hacia Mopti, una ciudad importante situada inmediatamente al Sur de la línea que separa al Azawad del resto de Mali. Parece probable que cuente con el apoyo de Aqmi y el Mujao, los dos grupos islamistas internacionales que operan fuertemente armados en el Norte de Mali y que se mueven en la órbita de Al Qaeda. Mientras tanto, del MNLA, el grupo laico tuareg que inició la lucha por la independencia del Azawad y que era mucho más moderado, no se sabe nada; Occidente pudo apoyarlo en su momento, pero no lo ha hecho.

Mali está actualmente dividida en dos por una línea de hostilidades que va de Leré a Koro. Al Norte, los rebeldes tuareg, cuya facción más poderosa es Ansar Dine, que controla, junto con Aqmi,  las provincias de Tombuctú y Kidal. El Mujao, una extensión de Aqmi, controla la provincia de Gao. Al Sur, el Mali más poblado, cuya etnia mayoritaria es la bambara y con una base militar cerca de Bamako donde se concentra el ejército de Mali, desmoralizado y mal entrenado. El MNLA dominaba hasta hace poco Leré, Goundam y Diré al W, Douentza y Menaka al E, pero parece que ha sido expulsado de estas ciudades por Ansar Dine y el Mujao, de modo que lo que quede del MNLA puede que esté disperso por campamentos y aldeas, con poca capacidad operativa. 
Más referencias en dos entradas sobre el Azawad publicadas en este blog en junio y octubre del 2012.


Esto sucede cuando el ejército de Mali está totalmente desorganizado y la estructura política de Mali está también casi deshecha. Francia consiguió del Consejo de Seguridad de la ONU la aprobación del envío de una fuerza militar africana (con apoyo logístico occidental) para reconquistar el Norte de Mali  de los independentistas tuareg, apoyados por islamistas, que lo conquistaron hace ya casi un año. Pero según dicen esta fuerza tardará al menos seis meses en organizarse, lo hará además con soldados que tienen poca experiencia en la lucha en el desierto.

Parece pues posible que en una ofensiva relámpago los tuareg de Iyad Ag Ghali conquisten lo que queda de Mali, donde son muy temidos, porque han tenido siempre una tradición guerrera y porque (un requisito básico de los ejércitos que ganan guerras) la tradición de los soldados tuareg es no tenerle miedo a la muerte.

¿Es todo esto producto de la torpeza occidental, que no ha sabido intervenir a tiempo con más política y más apoyo logístico al MNLA?

¿O es que a algunos en Occidente y entre sus aliados puede interesarles una guerra larga y sucia en el Sahara, que distraiga a los fundamentalistas islámicos de Al Qaeda, concentrándolos allí y permita además a otros intereses plantearse una conquista (quizá reconquista) de los recursos africanos?

Uno se hace muchas preguntas. 

En principio, parece fácil para los ejércitos occidentales abortar el desarrollo de una guerra ofensiva desde el Sahara con poco más que limitar el funcionamiento de los teléfonos satelitales Turaya (controlados por Qatar) e impedir la entrada en el desierto del gasoil necesario para mover  los vehículos todoterreno en que tienen que desplazarse allí las tropas (controlado este tráfico por Argelia). ¿Por qué no se ha hecho todavía?   

En cualquier caso, si esta guerra se profundiza,  quienes la van a sufrir son todas las comunidades de Mali: tuareg, peules, songhays, bambaras, moros... hombres, mujeres y niños, todos los que esta  guerra ha puesto arbitrariamente a uno u otro lado de una linea de combate difusa. Esto no es solamente una pena,  también es una injusticia.

domingo, 6 de enero de 2013

La novela y su lenguaje


El lenguaje es la marca de lo humano, lo que mejor distingue a un Homo sapiens desnudo, sin herramientas ni dinero, del resto de los animales. No por el lenguaje en sí mismo, que no es privativo del hombre, sino por lo mucho que éste lo ha complicado y cargado de valores simbólicos. Hay dos grandes divisiones en el lenguaje humano, que siguiendo a Habermas podríamos llamar la instrumental y la comunicativa.

El lenguaje instrumental, que es el de la ciencia, la técnica, la medicina, la filosofía y el derecho, es normativo y unívoco. Un texto hablado, escrito o leído en este lenguaje aspira a tener un significado único, aunque no siempre sea posible.El culmen de la instrumentalización del lenguaje se da en la Matemática, de la que Galileo afirmó que usando sus caracteres se había escrito el gran libro de la Naturaleza. La última aspiración de la ciencia es la de poder describir esta Naturaleza y predecir su comportamiento con un lenguaje estrictamente matemático.

Mientras que el lenguaje comunicativo, que es el de la literatura, la religión y la vida cotidiana, es relativo y multívoco. Un texto hablado, escrito o leído en este lenguaje puede tener múltiples significados, dependiendo de cuál sea su contexto, es decir, del entorno total en el que ese texto ha sido formulado. 
Esta variante comunicativa del lenguaje ha sido concebida para el diálogo, en el caso de un texto religioso entre la divinidad y el hombre, en el de un texto literario entre el escritor y sus lectores, finalmente, en el de la vida cotidiana, para la interacción entre dos o más personas que porque se quieren, se odian, se estorban o se necesitan, tienen que comunicarse entre ellas en todas las direcciones posibles.

La Literatura es un arte. Quizá en ella se manifieste con más claridad que en ningún otro caso la condición multívoca de estos lenguajes comunicativos. Imaginemos a un escritor escribiendo una novela. Ha concebido una trama inicial, luego ha ido imaginando a sus personajes, más tarde les ha dado vida, así hasta que llega el momento en que estos personajes maduran y se hacen dueños de la novela, convirtiendo al escritor en un simple truchimán a su servicio. Escribe y escribe éste, como un esclavo, acerca de acontecimientos que se van sucediendo de forma más o menos desordenada o imprevista, según los personajes lo quieren o los espectros fantasmales que se esconden detrás de los personajes lo imponen.

Ahora bien, hay dos variantes en el arte de novelar.



En la novela como arte menor el objetivo del novelista es entretener al lector, incluso ilustrarlo, ayudándolo así a que por la vía de la simulación se ejercite en comprender mejor el mundo y la vida. El calificativo de menor no implica que la novela considerada tenga poca importancia, de hecho muchos de los best-sellers pertenecen a esta categoría.

Pero también hay un arte mayor de la novela. En este el novelista aspira a que, lo mismo que en su momento los personajes de su novela le arrebataron el poder, adueñándose de sus propios destinos, sean ahora los lectores de esa novela suya los que se la expropien totalmente, y no solo al escritor sino hasta a sus personajes, recreándola cada lector con su imaginación y haciéndola así completamente suya. Esta es una tarea difícil y ambiciosa, pero constituye el ideal a alcanzar de muchos novelistas, ya terminen estos como mayores, menores o simplemente condenados al olvido.

Para conseguirlo, el novelista que aspira a escribir una novela mayor tiene que ser un verdadero artista. Eso es en principio un don, pero requiere además el esfuerzo descarnado del novelista, que debe llegar al límite de sus fuerzas, dándolo todo para alcanzar sus ambiciones. Y también  requiere suerte, mucha suerte, pero de esa que favorece a los que están preparados para aprovecharla.

Todo esto obliga a que el lenguaje de la novela mayor tenga que ser comunicativo hasta más allá del límite de lo posible, es decir, que acercándose de alguna manera a los libros sagrados, el aparente lenguaje lineal de una novela mayor esconda, superpuestos, contrapuestos, interpuestos, muchos lenguajes y metalenguajes diferentes, muchas conversaciones y confesiones, muchas sugerencias apenas desveladas, muchas metáforas y muchos secretos semienterrados, de manera que el lector pueda hacer sus propios descubrimientos y construirse su particular espacio entre tantos componentes, creando así su propia novela, esa que quedará anclada en sus memorias y nunca olvidará.

Este es el caso de tres inmensas novelas mayores: “Don Quijote” de Cervantes, “Los hermanos Karamazov” de Dostoyevski y “La Metamorfosis” de Kafka. No voy a hacer una crítica de ellas, simplemente reseñar que con Don Quijote nació la novela como género literario, que la de los Karamazov fue quizá la novela más importante del siglo XIX, como la Metamorfosis pudo serlo del siglo XX. Nada de esto tiene que ver con el tamaño. Mientras que El Quijote ha sido, con sus 380.000 palabras, la novela más larga jamás escrita, pese a que Cervantes era manco y escribía con plumas de ganso y a la luz de un candil.  Mientras que  Los Hermanos Karamazov fue también, con sus 298.000 palabras, una de las novelas más voluminosas que se han escrito. La Metamorfosis, con sus 21.000 palabras, es sin duda la novela mayor más corta, poco más que un relato por su extensión, aunque inmensa por su significado.

¿Qué tienen en común las tres que las hace novelas mayores? Contestar a esta pregunta requeriría muchas páginas y unos conocimientos que yo no tengo. Lo que sí puedo hacer es testificar que la lectura de cada una de estas tres novelas me transformó, haciéndome un poco más humano y hasta más sabio o menos ignorante. Me las apropié además, haciéndolas mías. Recuerdo razonablemente bien El Quijote, mi Quijote, en el que Sancho Panza tiene una altura de héroe tan destacada como la del Caballero Andante. Respecto a los Hermanos Karamazov, una de esas larguísimas novelas rusas llenas de personajes todos ellos con nombres imposibles, mis recuerdos son mucho más borrosos, pero sé que tengo la marca Karamazov grabada a fuego en mis memorias, que por los vericuetos más profundos de mi cerebro galopan unos hermanos así llamados que me transformaron completamente, ayudándome a ver la vida más como es que como yo quisiera que fuese. Finalmente Gregorio Samsa, el hombre/cucaracha héroe de La Metamorfosis, me ayudó a entender para siempre la medida en que todos los humanos, lo queramos así o no, estamos condenados, en lo más hondo de nosotros mismos, a una soledad radical, sin la cual, por otra parte, no seríamos nada.

Naturalmente, hay muchas más novelas mayores dignas de consideración, aunque yo no tenga ni el tiempo ni la sapiencia para siquiera mencionarlas. Sucede lo mismo en otras artes mayores. Yo tengo incorporadas a mi arquitectura vital algunas pinturas, como el Senecio de Klee o los autorretratos de Frida Kahlo, algunas poesías, como las de Machado o León Felipe, algunas sinfonías, como el Concierto para Violín y Orquesta de Mendelssohn, algunas canciones, como las de Serrat. Todo ello forma parte de mi equipaje esencial de peregrino por los caminos de la vida, ese del que nunca podré desprenderme porque ha enraizado en mí.

martes, 1 de enero de 2013

Nochevieja Añonuevo


Vivimos en estas 24 horas una situación mágica, en la que nos sentimos muy próximos a lo que podría ser la culminación de nuestro tiempo y a la vez su derrota definitiva. Todo ello porque este es el momento de cada año en que más próximos estamos del presente, un presente que por cierto no es nada más que un ideal inalcanzable, pero cuya cercanía nos ofrece por unas horas un refugio libre de la pareja que nos esclaviza, el pasado con el futuro.

Esta situación mágica deriva de la partición arbitraria del tiempo que tuvieron que hacer los grandes imperios para imponer su autoridad. Los egipcios inventaron el calendario solar de 365 días y nada menos que Julio César lo consagró definitivamente como medida del tiempo del mundo, aunque siglos después  la iglesia católica romana, que entonces era el nuevo imperio de Occidente, lo modificó ligeramente en el calendario gregoriano hoy vigente. Cualquiera de estos calendarios lo que mide y regula es el tiempo que nuestra Tierra tarda en dar una vuelta alrededor del Sol. Lo regula porque lo divide en partes de las que las más elementales desde un punto de vista humano son la noche y el día, equivalentes al descanso y el trabajo, el sueño y la vigilia, el tiempo onírico de nuestros subconscientes y el tiempo vigilante de nuestros músculos y cerebros.

Pero como lo que establece nuestro calendario es un ciclo circunsolar inacabable, hay inevitablemente un momento, éste que estamos viviendo ahora, en el que el final y el principio se unen. Ese es el momento mágico, que dura aproximadamente las 24 horas del día de Nochevieja/Añonuevo. Acabamos de dejar atrás el año viejo pero todavía no hemos entrado plenamente en el año nuevo. El viejo ya no es, el nuevo no es todavía. Pero el viejo es sin duda ya el pasado, como el nuevo es el futuro. Si no estamos en uno ni en otro, ¿dónde estamos? Pues nada menos que en los alrededores del presente.

Un presente que no siendo ni pasado ni futuro se reduce a una abstracción, de la misma naturaleza que el punto de la recta euclidiana, el cual, al ser solamente un punto, carece de dimensiones, no siendo otra cosa que un ente ideal necesario para poder definir a la recta.

Al menos eso es lo que el presente aparenta. Pero en realidad es mucho más, aunque su verdadera naturaleza es atemporal. El tiempo nos esclaviza, el presente es nuestra liberación de esa esclavitud. Alcanzar este presente es nuestra aspiración más secreta y permanente, tan secreta que pasamos la mayor parte de nuestra vida sin percatarnos de ella. Este presente, nuestro particular presente, es una fuente de gozo y una puerta que puede darnos paso hacia la misteriosa libertad del ser.

A veces, a lo largo de la vida, nos tropezamos con nuestro presente, lo que siempre tiene lugar como una sorpresa. Este presente inesperado puede estar escondido en el amor o en la contemplación.
1).- En el rapto de amor, que puede nacer de un  beso o del ensimismamiento que resulta de una caricia o incluso de la gota de placer nervioso con la que la especie nos remunera por nuestro trabajo para perpetuarla. El presente también se nos aparece en la muerte, en el momento de morir, quizá por eso Georges Bataille encontraba tan próximos el erotismo y la muerte, como Freud encontraba emparentados a Eros y Tanatós. También, si es que existe otra vida después de la muerte, la del cielo/infierno  judeocristiano o el nirvana budista, la eternidad que le corresponde solo puede ser atemporal, es decir, alguna forma inimaginable de presente.
2).- En el éxtasis místico, ese que tantísimos pocos han sido capaces de vivir en Oriente como en Occidente como en la América chamánica, donde el presente es el fruto del recogimiento y consiste en una puerta que se abre súbitamente y que, permitiendo al místico liberarse de su pasado y su futuro, lo introduce en un ámbito donde no existen ni el espacio ni el tiempo tal y como los intuimos los humanos… un inmenso, universal ámbito de encuentro.

Pero la enumeración anterior no es exhaustiva. Quién sabe dónde, cuándo y cómo puede hacernos su aparición el presente… solo sabemos que cuando situados mágicamente en él nos liberamos por fin del tiempo, de ese Cronos insaciable que camina sobre sus dos patazas, pasado y futuro, dejando por fin de ser sus esclavos y de soportar que nos devore (nos coma vivos) sin descanso.

El presente, en tanto estemos sometidos a Cronos, no puede ser otra cosa que un tránsito fugaz. Nos evadimos del tiempo para volver enseguida a él, eso sí, transformados misteriosamente y para siempre, tanto más cuanto más voluntad pongamos en vivir este tránsito, que es un rapto. 

Quizá sea algo de eso lo que puede sucedernos, a destellos y chispazos, en estas horas mágicas del Añonuevo.