Pero ¿es que el mundo tiene bordes, no decían que era
redondo como un globo?
Los bordes son balcones que se asoman a precipicios
insondables, cuchillas que cortan sin piedad, esquinas que ocultan lo
desconocido. En contraposición, una esfera no tiene límites, puedes recorrerla
indefinidamente en infinitas direcciones sin llegar nunca a su inexistente final.
Solo que… tu mundo interior, ése en el que tú solo habitas, es
todo él un borde omnipresente e inacabable. Un mundo cuchilla, infinitamente
delgado, infinitamente cortante.
Y tú, en ese mundo tuyo, sin pasado ni futuro, solo eres el
filo. Ese es tu vértigo.
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