sábado, 9 de noviembre de 2013

En el borde del mundo

Pero ¿es que el mundo tiene bordes, no decían que era redondo como un globo?

Los bordes son balcones que se asoman a precipicios insondables, cuchillas que cortan sin piedad, esquinas que ocultan lo desconocido. En contraposición, una esfera no tiene límites, puedes recorrerla indefinidamente en infinitas direcciones sin llegar nunca a su inexistente final.

Solo que… tu mundo interior, ése en el que tú solo habitas, es todo él un borde omnipresente e inacabable. Un mundo cuchilla, infinitamente delgado, infinitamente cortante.


Y tú, en ese mundo tuyo, sin pasado ni futuro, solo eres el filo. Ese es tu vértigo.


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