martes, 29 de octubre de 2013

A la espera

¿Qué diablos puedes hacer cuando se te seca el corazón, cuando llegada la hora en que debería amanecer todo sigue oscuro, cuando el tiempo transcurre a la velocidad de la luz, de esa luz que, sin embargo, nunca acaba de llegarte?

Puedes seguir viviendo, lo que nunca dejará de ser un privilegio. Puedes apretar los dientes y esforzarte por tantear, en la oscuridad casi absoluta que te rodea, lo inmediato, así no te sientes solo. Puedes rezar, recordar viejos tiempos, crear dentro de tu cerebro todo un mundo.

La angustia que te llena es, en definitiva, un mecanismo de defensa. Juega para tu psique el mismo rol que el dolor para tu cuerpo. Te avisa, sencillamente te dice: “tienes que hacer algo, esto no puede seguir así”.


“Sí, sí”, te dices a ti mismo. “tengo que tomar decisiones”. Pero tu problema es que has perdido la confianza en ti mismo. Tienes miedo, echas de menos una mamá. 

Paciencia, paciencia, paciencia. Serenidad. Tu cerebro y tu corazón están trabajando juntos, día y noche, sin que tú lo sepas, para arreglar tu avería. No te dejes vencer, aguanta, espera.

Eso es lo que hay.

1 comentario:

Mercedes Conde dijo...

pues si...eso es lo que hay... y hay que pasar por ello... no sirve de nada llenar los dias con distracciones o poner el pensamiento en otras cosas menos dolorosas... Duele. Duele cada dia. Y asi seguira por mucho tiempo. Cuanto tiempo? no se sabe. No se le puede poner tiempo. Dejara algun dia de doler? quizas nunca. Eso es lo que hay...