martes, 17 de enero de 2012

La inspiración

Paul Klee (1925).- Sonido antiguo; abstracto sobre negro

Esencial para todo trabajo creador, el del artista, el escritor o el científico, la inspiración va mucho más allá, acompañando a cada humano constantemente en el tránsito de su vida. Ella es la que nos permite ver lo insospechado, que sin embargo estaba delante de nuestros ojos.

Se parece al viento. Llega cuando menos la esperas, te sorprende la dirección desde la que sopla y por lo tanto no puedes prever hacia dónde te va a llevar. Levanta la niebla que cubre mucho de lo que te rodea, permitiéndote reconocer paisajes nuevos que estaban escondidos tras el silencio. Así cambia tu mundo.

También tiene semejanzas con  la lluvia en el desierto. A mí me llovió una madrugada en In Salah, un oasis del Sahara argelino donde no habría llovido desde hacía meses y hasta años. Te cuesta trabajo evitar que un acontecimiento así no te parezca un presagio, y por eso empiezas a sentirte inspirado  y a soñar despierto.

La inspiración recuerda a la luz de la Luna  en cuarto menguante, que nace en mitad de la noche trayendo con ella las sombras de todo lo que te rodea, dándole así profundidad a lo que inmediatamente antes estaba en tinieblas.
Y es como esa mirada que cruzas con un transeúnte anónimo, que te revela, tal que un relámpago, la existencia de una curiosidad, hasta una atracción, entre dos que jamás volverán a verse.

El enamoramiento, esa maravillosa enfermedad de la juventud, también es una forma de inspiración. Va mucho más allá de una reacción hormonal. Gracias a él ves en la persona amada toda la belleza que contiene, que hasta entonces te había sido velada por la indiferencia pero que, ahora te das cuenta, estaba en ella desde siempre.

El mismo amor en su sentido más profundo, ese que te haría dar tu vida por lo que amas, también nace como una inspiración, desde dentro de ti. Porque puede que la inspiración necesite una chispa venida de fuera, hasta un soplo divino, para encenderse. Pero su combustible, esa leña lista para quemarse en luz, está dentro de cada uno de nosotros, esperando.

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