martes, 8 de enero de 2013

¿Guerra relámpago en el Azawad?


Todo indica que la torpeza con que están actuando las potencias occidentales (Francia, teóricamente el gendarme del Africa occidental, pero también la UE, la OTAN y USA) en el Azawad les puede jugar una mala pasada. Ansar Dine, el grupo islamista formado por Iyad Ag Ghali y constituido por tuareg malianos, ha empezado a avanzar hacia Mopti, una ciudad importante situada inmediatamente al Sur de la línea que separa al Azawad del resto de Mali. Parece probable que cuente con el apoyo de Aqmi y el Mujao, los dos grupos islamistas internacionales que operan fuertemente armados en el Norte de Mali y que se mueven en la órbita de Al Qaeda. Mientras tanto, del MNLA, el grupo laico tuareg que inició la lucha por la independencia del Azawad y que era mucho más moderado, no se sabe nada; Occidente pudo apoyarlo en su momento, pero no lo ha hecho.

Mali está actualmente dividida en dos por una línea de hostilidades que va de Leré a Koro. Al Norte, los rebeldes tuareg, cuya facción más poderosa es Ansar Dine, que controla, junto con Aqmi,  las provincias de Tombuctú y Kidal. El Mujao, una extensión de Aqmi, controla la provincia de Gao. Al Sur, el Mali más poblado, cuya etnia mayoritaria es la bambara y con una base militar cerca de Bamako donde se concentra el ejército de Mali, desmoralizado y mal entrenado. El MNLA dominaba hasta hace poco Leré, Goundam y Diré al W, Douentza y Menaka al E, pero parece que ha sido expulsado de estas ciudades por Ansar Dine y el Mujao, de modo que lo que quede del MNLA puede que esté disperso por campamentos y aldeas, con poca capacidad operativa. 
Más referencias en dos entradas sobre el Azawad publicadas en este blog en junio y octubre del 2012.


Esto sucede cuando el ejército de Mali está totalmente desorganizado y la estructura política de Mali está también casi deshecha. Francia consiguió del Consejo de Seguridad de la ONU la aprobación del envío de una fuerza militar africana (con apoyo logístico occidental) para reconquistar el Norte de Mali  de los independentistas tuareg, apoyados por islamistas, que lo conquistaron hace ya casi un año. Pero según dicen esta fuerza tardará al menos seis meses en organizarse, lo hará además con soldados que tienen poca experiencia en la lucha en el desierto.

Parece pues posible que en una ofensiva relámpago los tuareg de Iyad Ag Ghali conquisten lo que queda de Mali, donde son muy temidos, porque han tenido siempre una tradición guerrera y porque (un requisito básico de los ejércitos que ganan guerras) la tradición de los soldados tuareg es no tenerle miedo a la muerte.

¿Es todo esto producto de la torpeza occidental, que no ha sabido intervenir a tiempo con más política y más apoyo logístico al MNLA?

¿O es que a algunos en Occidente y entre sus aliados puede interesarles una guerra larga y sucia en el Sahara, que distraiga a los fundamentalistas islámicos de Al Qaeda, concentrándolos allí y permita además a otros intereses plantearse una conquista (quizá reconquista) de los recursos africanos?

Uno se hace muchas preguntas. 

En principio, parece fácil para los ejércitos occidentales abortar el desarrollo de una guerra ofensiva desde el Sahara con poco más que limitar el funcionamiento de los teléfonos satelitales Turaya (controlados por Qatar) e impedir la entrada en el desierto del gasoil necesario para mover  los vehículos todoterreno en que tienen que desplazarse allí las tropas (controlado este tráfico por Argelia). ¿Por qué no se ha hecho todavía?   

En cualquier caso, si esta guerra se profundiza,  quienes la van a sufrir son todas las comunidades de Mali: tuareg, peules, songhays, bambaras, moros... hombres, mujeres y niños, todos los que esta  guerra ha puesto arbitrariamente a uno u otro lado de una linea de combate difusa. Esto no es solamente una pena,  también es una injusticia.

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