jueves, 19 de noviembre de 2015

Paris y el destino de la Tierra

Este es el título del artículo publicado en Project Syndicate (del que hay una buena  traduccion al español) por Peter Singer, el filósofo autor de Animal Liberation y profesor de bioética en Princeton.

Se refiere Singer a la urgencia de actuar contra el cambio climático y a la enorme trascendencia que va a tener en este sentido el éxito o fracaso de la conferencia COP21, a celebrar en Paris, el mismo París del viernes 13, a partir del 30 Noviembre 2015.

Peter Singer
Dice Singer que si no se consigue detener el calentamiento global en el límite que piden los científicos, una subida máxima de 2ºC de la temperatura media de la Tierra sobre la que tenía antes de que empezara la industrialización (hasta ahora esa subida es de 0,8ºC), de modo además que se alcance este objetivo antes del 2030, la especie humana sobrevivirá, sí, aunque muchas otras especies animales y vegetales se extinguirán. Nuestra civilización tecnológica también es casi seguro que sobreviva. Pero morirán varios cientos, si no miles de millones de personas en las zonas más afectadas por el cambio climático, que serán también las más pobres de la Tierra.

Y en efecto, cada día se habla más de MITIGACIÓN de los efectos del cambio climático antes que de DETENCIÓN de ese cambio. Como si se aceptara que no seremos capaces de detenerlo o mejor, que tardaremos más de la cuenta en conseguirlo. Convencidos de que quienes mueven nuestra civilización son unas megamáquinas ciegas que solo saben generar crecimiento y sobre las que tenemos muy poco control. Y de que los que vivimos en países ricos de latitudes medias no sufriremos demasiado los efectos de un cambio climático al que, finalmente, llegaremos a controlar, aunque tarde para sus víctimas más vulnerables.

Diablos, a mí me parece ver dibujado así uno de los posibles escenarios de la III Guerra Mundial. El cambio climático empobrece hasta límites de miseria insoportable (debilidad de las personas y aumento de las catástrofes naturales) a buena parte de Africa, Oriente Medio, Asia Central, subcontinente indio-paquistaní y regiones de Extremo Oriente. Como consecuencia hay migraciones masivas hacia Europa, Rusia incluida.  A la vez que revoluciones y revueltas en los países más afectados. El fundamentalismo  teológico se presenta como una esperanza ultraterrena para los más desesperados. Y un terrorismo dotado de armas insospechadas hasta ahora se convierte en el más importante frente de batalla en esta III Guerra Mundial.

USA se convierte en una fortaleza, a Latinoamérica la salva su lejanía, así como sus recursos y su relación recursos/población. Pero el resto del Mundo, ¡pobre gente! Y Europa, desgraciada Europa, una vez más en el ojo del huracán.


¿Exagero?

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