domingo, 27 de marzo de 2016

Ciencia y Religión

En el marco cultural en que hoy vivimos los países occidentales, no debería haber conflicto entre Ciencia y Religión. Pertenecen una y otra a ámbitos completamente diferentes, la Ciencia se ocupa de la Naturaleza, la Religión de Dios.

La Religión (intento referirme a todas las religiones en su conjunto) ve a Dios como el origen, el fundamento y el fin de todo lo que existe. La Ciencia está interesada en comprender todo lo que existe en sí mismo: la concatenación de causas que han llevado a lo que existe ahora, las leyes naturales que definen como funciona todo lo que existe, la concatenación de efectos que llevará a lo que exista en el futuro. La Religión cree en una comunicación de Dios con el Hombre a través de distintas formas de revelación. La Ciencia cree en una comunicación del Hombre con la Naturaleza a través del método científico.  Tanto la revelación como el método científico son lenguajes que establecen una relación entre el Hombre y dos ámbitos completamente distintos, Dios y la Naturaleza.

Aún así, tanto la Ciencia como la Religión son obra de los Hombres y por eso es inevitable que interaccionen y entren en conflicto. Las dos están en la Historia, y como ambas son poderosas las dos participan en la construcción de la Cultura y en el ejercicio del Poder.

Como ámbitos culturales, las dos han venido compitiendo por dar una explicación (en el caso de la Ciencia) o una justificación (en el de la Religión) a la pregunta del “quienes somos – de dónde venimos – adónde vamos”.

Como ámbitos de poder, las dos aspiran, a través de sus brazos armados, la Tecnología (en el caso de la Ciencia) o las Iglesias (en el de la Religión) a domesticar a los humanos y así organizar el Mundo.

Ambas hacen lo que hacen de buena fe. Desde los principios shamanistas de la historia de los hombres, Ciencia (hierbas con poderes curativos) y Religión (conexión con lo espiritual) han estado en la doble tarea de ayudar a los humanos a enfrentarse con el problema de la muerte y domesticarlos para que dejen de ser unos hambrientos y congelados caníbales, capaces de las mayores barbaridades.

En esta difícil tarea ambas han cometido errores importantes, partícipes como son, inevitablemente, de la falibilidad humana. Guerras religiosas feroces (caza de herejes, infieles y brujas), pero también guerras tecnológicas terribles (bomba atómica, cambio climático, ecocidios diversos, efectos colaterales de las armas modernas sobre poblaciones inocentes).


Y ambas, mientras que los humanos sean humanos, tendrán que seguir caminando, juntas si es posible. Incluso cogidas de la mano, como dos hermanas que miran la belleza de todo lo que existe y del misterio que lo rodea con sus ojos puestos en direcciones bien diferentes. Hijas, ambas, del Hombre, entendido éste en su sentido más natural pero también en su sentido más sagrado.

El Partenón es un soberbio símbolo del inextricable parentesco entre Ciencia y Religión. Sus formas bellísimas son un exponente de la aspiración de los hombres a encontrar la Belleza a través de la Razón y la Armonía. Nació como un templo dedicado a una diosa, Atenea, en agradecimiento a su ayuda en la victoria de los griegos sobre los persas. Atenea fue, según la creencia griega, hija partenogenética de Zeus y ella misma virgen. Considerada por los griegos como Diosa de la Razón. ¡Nada menos que eso!



1 comentario:

Paola Arciniegas dijo...

Muy interesante apreciado Olo... Para mí están muy unidas... El Creador Es El Científico que mueve todo en la naturaleza. De otro lado las religiones presentan entre sí muchas diferencias, discordancias, contradicción de ídeas... No olvido nunca una enseñanza en mis primeros semestres de derecho ¿El sentido de una ley es obscuro; no es lo suficientemente claro?... Vaya a la fuente.