domingo, 1 de enero de 2017

Nochevieja 2016 /Añonuevo 2017

Los humanos, más que cualquier otro animal, hemos sido creadores de fronteras. Esto es consecuencia de nuestro desarrollo cerebral, del que se deriva lo que en nosotros ha llegado a ser una obsesión por segmentar, clasificar, reducir.

Las fronteras naturales también existen: la orilla del mar, un río, un bosque impenetrable, la cordillera. Pero nosotros hemos inventado las fronteras artificiales entre países, líneas trazadas sobre los mapas por los caprichos de la historia, y hemos llenado nuestras ciudades de puertas y barreras que nos está prohibido cruzar.

Hay dos grandes clases de fronteras, las del espacio y las del tiempo.  Las primeras, si son naturales siempre se pueden cruzar, aunque ello exija grandes esfuerzos y medios extraordinarios. Y si son barreras artificiales, impuestas por nosotros, también son permeables a nuestra voluntad, ahí están para demostrarlo las inmigraciones ilegales que mueven cada día a miles de personas.

Pero las fronteras del tiempo son dramáticamente diferentes a las del espacio. Solo se atraviesan en una dirección, y no es que podamos cruzarlas, sino que estamos obligados a hacerlo. Algunas son naturales, como la madurez sexual, la menopausia, la vista cansada, la vejez. Otras son artificiales, impuestas por nosotros mismos, como la mayoría de edad, el retiro del trabajo, los días feriados. Estas fronteras artificiales en el tiempo están ahí para ir marcando los caminos de nuestras vidas, pero no nos dejan ninguna libertad de elección y, por supuesto, una vez que las hemos atravesado en una dirección, nos es imposible volver atrás.

Pues esto de lo temporal es lo que tiene precisamente la Nochevieja. La celebramos porque no tenemos otro remedio. Lo hacemos con ruido para intentar olvidarnos de que está ahí. Sentimos el vértigo del que va en un vagón de una montaña rusa, subiendo y bajando aceleradamente pero no por el parque de atracciones, sino a través del tiempo, ese tiempo de vida que tiene no un final, sino toda una serie de finales parciales.

Afortunadamente, enseguida nos olvidamos de la Nochevieja. Empieza Enero y con él los esfuerzos y las esperanzas de otro largo año por delante.


Tiempo de vida. Una vida que es inmensamente hermosa. Feliz 2017 para todos.

No hay comentarios: