Anteayer hizo en Chiloé un espléndido día de verano, y el Sol se puso como casi nunca lo hace, sin rastros de nubes sobre la línea de horizonte, amarilleando el cielo. Decían los marinos antiguos, los de las carabelas y las naos, que los cielos que amarilleaban en el crepúsculo eran señal cierta de tormenta en los días que seguían. Confirmándolos, ayer tuvimos en Chiloé una tormenta del NW, con mucho viento y lluvia. Hoy ha salido el Sol a mediodía, pero se mantiene hasta ahora, próximo ya el crepúsculo, una mar de fondo del SW muy brava y bellísima.
Hay una parte del mundo que nunca nos engaña, la Naturaleza. En todo caso, a veces nos sorprende, pero lo que vemos de ella es lo que es, con certeza. La parte del mundo que es más traicionera, o impredecible, es nuestro reflejo humano en él. No en balde hemos sido los humanos los inventores de los espejos. Por eso somos también los creadores de las fantasías, sin las cuales no podríamos vivir. Cualquier humano es capaz de proyectar sobre las costas rocosas de las fotos de esta entrada un montón de sueños y de cuentos .No están hechos de piedra, ni de agua ni de viento. Pero son de verdad, tan ciertos como la piedra, el agua y el viento. Aunque sean más efímeros.
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