España es un país con mala suerte
donde abundan los cobardes. Esta foto de los miembros de ETA, casi todos ellos asesinos a distancia o
por la espalda de víctimas inocentes, nunca debería haberse producido. Por una
razón muy simple: el respeto a sus numerosas víctimas, no solo los cerca de mil
muertos, sino los muchos heridos y mutilados para siempre y los cónyuges, padres,
hermanos e hijos de todos ellos.
Pero además a estos asesinos los han reunido para
retratarlos los que siguen mandando sobre ellos, los responsables finales de
todo el terror, la muerte y el dolor que las manos de los que están en la foto
han producido. El acto que la foto recoge es sin lugar a dudas político,
representa una violación de las leyes en cuanto a que de una manera directa
enaltece al terrorismo. ¿Cómo es posible que se haya permitido?
La vergüenza de esta foto recae
sobre todos los españoles, no solo sobre los que podían y debían haberla
evitado. Por eso el día de hoy es triste y humillante para todos nosotros.
La valentía más apremiante, esa que todos
deberíamos exigirnos, es la de no olvidarlo.
La cobardía más vergonzosa, esa que se produce
en España con demasiada frecuencia, es la de volver la cara, cambiar de acera,
disimular, olvidar, transigir. Nada de esto tiene relación con el perdón, el
cual, por otra parte, jamás ha sido pedido por una ETA que tampoco se ha
permitido todavía la grandeza de, tras haber sido desmantelada por nuestra
policía, entregar su chatarra y los
restos de goma2 que sigue escondiendo.
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