domingo, 16 de octubre de 2011

15 O

15 Octubre 2011. Puerta del Sol. Madrid  (Tomado de "El País")

Manifestaciones ayer en todo el mundo, en el día de los indignados, cuando se cumplen cinco meses del 15M.

Gritos de rechazo ante una situación inaceptable. Pero estamos en la fase depresiva de uno de tantos ciclos capitalistas. En algún momento, con el comienzo de un nuevo ciclo, volverán el consumismo y el crecimiento, con ellos también, inevitablemente, la guerra. Entonces los gritos se extinguirán, renacerá el consumismo alienado, seremos de nuevo infernalmente felices, no en todas partes, claro. Hasta que vuelva otra vez la depresión y, finalmente, hasta que el Mundo aguante, que no va a ser siempre.

Aún así, esta experiencia de indignación habrá servido para que muchos jóvenes se hayan dado cuenta de que otro mundo, otro sistema, otra manera de ver la vida, son necesarios. Y de que si son necesarios tienen que ser posibles.

Los gritos terminan extinguiéndose, son chispas que se quedan en nada si no consiguen prender una llama. Pero la llama tiene que serlo de algo que arde, que se consume en la combustión, trocándose en calor y luz. Y eso que puede arder no es sino lo más hondo de la condición humana, ese bosque donde se encuentran el compromiso, el valor, la sangre fría, las ganas de conocer la verdad, la generosidad,  la esperanza...

Tantas están siendo las chispas que seguramente hay llamas ardiendo ya en muchos focos distintos. La cuestión ahora es que vayan a más, que se consoliden en un gran incendio. Las esperanzas tendrán que cristalizar en ideas, vertebrarse en grupos de opinión sometidos a una disciplina, congregarse tras líderes capaces de dar una orientación. 

Una tarea difícil, un camino largo, pero necesarios y posibles. Para emprenderlos con calma, sin renunciar a nada de lo que nos merecemos pero sí a todo lo que es superfluo. Paso a paso, con mapa, brújula, poco equipaje y la mezcla adecuada de optimismo y realismo.

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