martes, 5 de abril de 2011

La cultura del Chiloé rural (4).- Curación mediante la combinación de Chilca y corteza del Manzano



En la serie sobre la cultura del Chiloé rural, inicio aquí entradas referidas a las propiedades curativas de plantas y otros recursos naturales, así como los métodos de aplicarlas. Me basaré en todas ellas en lo que testigos de este uso curativo de las plantas me han contado, que contrastaré en la medida de lo posible con lo que dice la literatura científica y otros testimonios.


Siendo las machis las autoridades máximas en estos conocimientos ancestrales de medicina natural, sin embargo su aplicación tiene lugar en muchos casos a nivel de la gente del campo, que se transmite estos conocimientos boca a boca, sin intervención de las machis.

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Esta historia de curación mediante la Chilca me la ha contado mi amiga María, que fue protagonista de la misma. Un familiar suyo estaba afectado de una hernia inguinal desde pequeño. Yendo en el bus rural camino de Ancud, María comentó la situación con una vecina suya, que fue quien le sugirió el remedio a aplicar. Siguiendo sus indicaciones, María hizo lo siguiente:
Cogió un buen puñado de hojas verdes de Chilca, un arbusto que crece espontáneo en todo el NW de Chiloé (su área de distribución es mucho más amplia, como indico en la nota final), las hirvió en leche y dejó reposar la mezcla hasta que se puso tibia, en cuyo momento dio de beber el sobrenadante al paciente. Dice María que estaba muy amargo, por esta razón el paciente no volvió a tomar este preparado.
Simultáneamente, María cortó de un manzano un trozo de corteza de tamaño y forma como los de la planta del pie del paciente. Esta plantilla de corteza la tuvo colgada en su cocina hasta que se secó totalmente.
Al cabo de algún tiempo, el paciente notó gran mejoría en las molestias que le producía la hernia, que prácticamente desapareció. Con el tiempo la hernia volvió a aparecer, a consecuencia de que el paciente empezó a realizar trabajos pesados. Pero ya no se ha repetido el tratamiento.

Dos comentarios:

a).- La Chilca  (palabra de origen quechua, i.e. incaica, adoptada por los mapuches; que significa planta que crece bajo los grandes árboles, lo que yo interpreto como arbusto del bosque) es citada por muchas fuentes como dotada de propiedades curativas para muchos males (ver Cárdenas/Villagran 1975 y consultar Google), entre ellos úlceras y hernias. Están demostradas en animales de laboratorio las propiedades antiinflamatorias de sus extractos.

b).- El protocolo adicional de colgar la corteza de manzano en la cocina me parece ingenioso en cuanto a explotar el efecto placebo y también hacer un poco de medicina psicosomática, poniendo al enfermo en la disposición de creer en el efecto curativo del tratamiento al que se le ha sometido. No es nada científico, pero tampoco lo es la vida en el campo, alejada de cualquier tipo de asistencia médica, donde hay que reforzar el tono vital a base de convicción psicológica. 

Según me la explicó María, la teoría que hay detrás de este colgar la corteza del árbol en la cocina me parece fascinante: a medida que la corteza sacada del árbol se va secando, el árbol va regenerando corteza nueva en la parte de la que se cortó la plantilla. Este proceso de cicatrización transcurre en paralelo con el de sanación del paciente, es decir, es esa fuerza vital del árbol que cicatriza la que de alguna manera se transmite al paciente y ayuda a reducir su inflamación o cicatrizar sus tejidos dañados. 
Estos conceptos, este paralelismo entre procesos que transcurren en seres muy distantes, es magia en el sentido más estricto del término. Nos encontramos por lo tanto con unos procesos de curación muy arcaicos en los que se mezcla el poder curativo real que las plantas tienen con la ensoñación mágica, que puede tener un efecto sanador al actuar sobre la psicología profunda del paciente.

Nota final: la botánica de la Chilca es riquísima y complicada. El término Chilca se aplica en toda la Sudamérica andina, no a una especie vegetal, sino a todo un género, de nombre Baccharis.  En Chiloé, Cárdenas/Villagrán 1975 citan como especies predominantes Baccharis pseudocephala y Baccharis racemosa. Comparando la Chilca que hay en los alrededores de mi cabaña con fotos encontradas a través de Google (www.chileflora.com), creo que se trata de Baccharis racemosa.  Pero muchas de las Bacharis spp. tienen propiedades medicinales.
Este género Baccharis solo existe en América, y contiene nada menos que 400-500 especies, que se extienden desde el Sur de USA hasta la Patagonia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bueno que indique cómo usan ellos las plantas medicinales, tengo un poco de adicción a algunas, pero no se mucho, cómo se usan,ni el sistema de los chilotes

olo dijo...

Lo que yo cuento aquí no es cómo se usan, sino cómo las usan algunos. Recojo testimonios sin validez general. Por eso invito a usted y a todos los que me lean que vuelquen aquí sus experiencias en sanación por las plantas y otros aspectos de la cultura chilota, para que entre todos aportemos testimonios a ese fondo cultural chilote que debe ser conservado al igual que sus tesoros naturales.