jueves, 23 de junio de 2011

Machis de Chiloé (2).- El yacimiento de Monteverde


Monteverde está asentado en las orillas de un pequeño río, muy cerca del aeropuerto de Puerto Montt. Como yacimiento arqueológico es un paraíso, pues yace bajo una espesa capa de turba que no solo lo ha preservado muy bien, sino que además lo ha protegido de la contaminación con restos humanos posteriores. La datación con el Carbono14 le da una antigüedad de unos 14.000 años, al menos 2.000 años más antiguo que el de Clovis, en Nuevo México, USA, que hasta el descubrimiento de Monteverde fue el yacimiento de referencia para los paleoindios, o amerindios primitivos. 

Localización del yacimiento de Monteverde.

Los monteverdeses constituían un pequeño grupo humano que vivió durante no mucho  tiempo en este campamento, que abandonó precipitadamente, quizá como consecuencia de crecidas en el río. Han dejado allí toda clase de testimonios de su modo de vida: restos de sus cabañas, de sus armas y herramientas, cueros, cenizas a medio chamuscar de sus fogones y braseros. A partir de estos restos los arqueólogos han podido determinar con precisión qué comían y de qué otras especies vegetales se rodeaban. Su modo de vida era cazador/recolector. Capturaban mastodontes y paleollamas, entonces abundantes en la zona, y recolectaban todas las algas hoy conocidas y recolectadas en Chiloé (cochayuyo, luche, pelillo, luga, hasta un total de nueve), así como algunas plantas terrestres. También recolectaban mariscos. En el yacimiento se han encontrado muchos restos masticados que proceden de lo que los monteverdeses habían comido. Pero lo que a mí me resulta más fascinante es que al menos dos de las algas, el sargazo y la luga roja, y diez de las plantas terrestres presentes en estos masticados no son comestibles, lo que le hace pensar a los arqueólogos que tuvieron un uso medicinal. Me fascina porque nos muestra ya lo medicinal al lado de lo simplemente nutritivo. Y la presencia de la medicina en aquellas culturas paleolíticas del Pleistoceno  sugiere, al menos me lo sugiere a mí, la de los shamanes, hombres y mujeres sabios que conocían cómo extraer de la naturaleza principios sanadores.

Esos 14.000 años de antigüedad de Monteverde son muchos, muchísimos años. Baste decir que Homo sapiens aparece hace unos 200.000 años, y que el último período glacial, ese que seca el Estrecho de Bering y lo convierte en un puente de paso entre Asia y América, se desarrolló, con intervalos, desde hace 30.000 hasta hace 10.000 años. De manera que Monteverde es un testimonio de la presencia de paleoindios en los umbrales de la humanidad. Muestra pues que América es, desde un punto de vista humano, un continente muy viejo, tan viejo como puedan serlo Asía o Europa.

Hoy día los arqueólogos desechan la posibilidad de que los monteverdeses llegaran hasta las orillas del Sur de Chile por mar, navegando a través del Pacífico desde la Polinesia. No puede descartarse que algún humano lo hiciera, llevado a la fuerza por vientos y tempestades, pero se trataría de acontecimientos extraordinarios, de una frecuencia demasiado baja para sustentar un poblamiento. De manera que los monteverdeses son testigo de cómo se hizo el poblamiento de América, caminando a lo largo de la costa, desde Bering hasta la Patagonia chilena. Esto tiene, por su parte, una inmensa lógica. La orilla del mar garantizaba siempre una nutrición abundante; nunca faltarían las algas y los mariscos, además de peces y mamíferos marinos. Cuando estos paleoindios salieron de Siberia practicaban allí la caza del mastodonte, con la que continuaron en América. Pero solo la orilla del mar, el mantenerse fiel a ella, garantizaba una expansión prácticamente ilimitada. Permitía cruzar sin morir de hambre grandes desiertos como el de Atacama, y eludir el enfrentamiento con grandes cordilleras como los Andes. Los mastodontes no eran esenciales, las algas y los mariscos, sí. La cercanía del océano era la garantía de la vida.

De manera que descubrimiento y conquista de América por los paleoindios debió hacerse en un tiempo record, compatible con la existencia del puente de Beringia,  la antigüedad de Monteverde y la longitud de la costa americana entre Bering y Chiloé. Esta longitud es de unos 16.500 kms. Considerando que el tiempo de una generación es el que transcurre entre el momento en que un individuo nace y aquel en que es capaz de procrear, dando paso a la siguiente generación, y asumiendo que este tiempo es de 25 años, transcurren 4 generaciones por siglo. El número de siglos necesario para que los paleoindios llegaran desde Bering hasta Chiloé depende de cuántos kilómetros avanzara cada generación a lo largo de la costa, hacia el Sur. Si llamamos N a estos kilómetros de desplazamiento hacia el Sur, una sencilla fórmula nos da el número de siglos necesario para hacer este formidable viaje: Siglos = 16.500 / (4*N).

Con una velocidad de avance hacia el Sur de 10 km por generación, harían falta 41.250 años para este largo viaje a lo largo de la costa occidental americana. Yendo más deprisa, a 25 km por generación, harían falta 16.500 años. Esta última velocidad justificaría los datos existentes. Los Homo sapiens habrían alcanzado fácilmente las orillas de Bering (130.000 años para recorrer unos 10.000 kms desde Palestina hasta el extremo oriental de Siberia) cuando el último período glacial lo desecó hace unos 30.000 años. Entonces estos cazadores de mastodontes empezaron a cruzarlo a pie, y a la velocidad de 25 km/generación a lo largo de la costa del Pacífico, hacia el Sur, podrían haber alcanzado Monteverde hace 30.000 -16.500 = 13.500 años, lo que coincide con la datación de Monteverde, 14.000 años hasta el presente.

¿No es maravilloso?


Por cierto, debo añadir que como muestra el mapa de esta entrada, en los tiempos de Monteverde, como consecuencia del descenso del nivel del mar debido a la glaciación, Chiloé estaba unido por vía terrestre al continente. El paso entre ambos, como el de Bering, estaba franco.

Referencias:

Tom D. Dillehay, C. Ramirez, M. Pino, M.B. Collins, J. Rossen, J.D. Pino-Navarro (2008).- Monte Verde: Seaweed, Food, Medicine and the Peopling of South America.- Science, 320. 784-786

Hay también excelentes artículos en Wikipedia sobre el poblamiento de America.

Mastodonte




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Olo, me pierdo con tus numeros, de donde se obtiene el dato de 25 Km/generación.
Yo se por experiencia que puedes caminar 20 KM en un dia.
Estos grupos humanos, dentro de los que habían varias generaciones, niños, jóvenes, adultos y viejos, podian avanzar mucho en un año y asentarse donde les pareciera propicio.
Tambieén como lo discutiamos ántes, podían recorrer la costa pacífica por mar, en canoas de madera, piel de foca o totora.
Entonces, creo que el poblamiento pudo haber sido fulminante.

olo dijo...

Esa variable N, que mide los kilómetros de desplazamiento hacia el Sur de una generación, se refiere a lo siguiente: una familia (30-40 personas, es decir, varias parejas adultas, ancianos, jóvenes y niños) de paleoindios se ha establecido en un punto de la costa del Pacífico, vive allí; su campamento ha sido elegido porque hay agua potable cerca, o está frente a una gran playa arenosa donde se recolectan fácilmente los moluscos, o en una zona rocosa donde se cortan con facilidad, en la bajamar, cochayuyos frescos, o en la desembocadura de un rio, que le permite un acceso fácil hacia el interior para cazar mastodontes… puede haber mil razones distintas. Una vez que la familia de cazadores/recolectores se ha asentado allí, aquel campamento es su mundo, su universo, cuyos límites, como los de cualquier campesino tradicional, no van más allá de una decena de kilómetros. En este entorno se relaciona con otras familias próximas, a veces peleando, con más frecuencia para crear nuevas parejas sin el tabú de la consanguinidad. Algunas de estas parejas jóvenes se independizan y forman un nuevo clan familiar; para asegurar esta independencia se desplazan algo hacia el Sur, donde nadie ocupa todavía la costa, buscando un sitio adecuado para fundar un nuevo campamento. Estas cosas pasan una y otra y otra vez. Esta sucesión de acontecimientos familiares es la que va haciendo avanzar la presencia humana hacia el Sur a una velocidad que se mide en kilómetros de avance del frente humano cada 25 años, lo que he llamado kilómetros por generación.

Ahora, con esta variable N se hace una simulación; para distintos valores de N, se calcula en la fórmula el tiempo que tardarían los paleoindios en llegar desde Bering hasta Chiloé, pero no el que tardarían físicamente, caminando un paso detrás de otro, sino el que tardaría el frente humano, la ocupación por las familias sucesivas de la costa, en llegar. Y se ve que un avance del frente humano de 25 km/generación encaja bien con el tiempo que hay (16.000 años) entre que (hace 30.000 años) la glaciación crea un puente en Bering y (hace 14.000 años) la familia de monteverdeses vive cerca de Chiloé. Ahora bien: un avance del frente humano de 25 km en 25 años es una magnitud bastante razonable, compatible con un vivir sedentario, tanto que aquellos paleoindios ni siquiera tendrían que ser conscientes de que estaban avanzando hacia el Sur.

Pero atención: yo no soy un arqueólogo, estos cálculos son invento mío, aunque (a pesar de lo mucho que desconfío de mí) me parecen razonables.

Anónimo dijo...

ok, pero yo estoy hablando de procesos migratorios mas radicales, como los viajes de Colon a America, viajes de conquista.
viajes como la colonización de lo polinesicos, que llegaron hasta Isla de Pascua, etc