Una enviada especial del diario Le Monde, Marion Van Renterghem, entrevista en Nueva York a Susan Xenarios, directora del Crime Victims Treatment Center, del hospital St Luke’s-Rooselvet, en Harlem, Manhattan. Fue Xenarios quien primero examinó a Nafisatu Diallo, llevada hasta el hospital el sábado 5 de mayo por policías del NYPD, algunas horas después de que Nafisatu denunciara a Strauss-Kahn por intento de violación.
“Hace cuarenta años que me dedico a esto y nunca, nunca, he visto una historia parecida”, dice Xenarios, “el frenesí mediático, las filtraciones a la prensa, la investigación en sí misma… todo es una insensatez”.
“La Sra Diallo llegó aquí en estado de shock, muy conmovida, muy afectada”, dice Xenarios, “estaba claro que, cuando llegó a nuestra sala de urgencias, no sabía quién era la persona que la había agredido . Era capaz de hablar y se mostraba dispuesta a cooperar”.
La directora del CTVC, un centro que acoge esencialmente a víctimas de delitos sexuales y violencias domésticas, rehúsa dar más detalles, pero añade:
“No he puesto en duda su testimonio. Y nuestro equipo está constituido por personas formadas y muy experimentadas en escuchar a personas que han sido violentadas. El veredicto final de los procesos que tienen lugar se corresponde generalmente con nuestros diagnósticos”.
A Xenarios le parece normal que Nafisatu Diallo entrara en otra habitación, la 2820, inmediatamente después de su presunta violación en la 2806, porque en momentos así la persona recién violada experimenta una tremenda confusión y está aterrorizada, literalmente no sabe qué hacer ni dónde meterse. Opina también que el modo en que la fiscalía de Nueva York está llevando todo este asunto hará mucho daño a otras víctimas actuales y futuras de delitos sexuales.
“Venir aquí para ser examinada, testificar, pedir ayuda después de una agresión sexual, es un proceso difícil, doloroso, humillante. La mayor parte de las víctimas vive su traumatismo en silencio. La imagen sobremediatizada de una mujer violada que habría mentido y sería de hecho una prostituta es extremadamente dañina”, termina la Sra Xenarios.
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