Son casi las diez de la noche chilena del 17 de marzo y el Consejo de Seguridad de la ONU acaba de aprobar por mayoría de 10 sobre 15, sin ningún voto en contra, la intervención militar en Libia. La zona de exclusión aérea, que impedirá a la aviación de Ghadafi seguir bombardeando a los libios, debe ponerse en marcha inmediatamente, eso hay que esperar.
Por doloroso que sea siempre el recurso a la violencia, creo que esta es una noticia extraordinariamente buena y hoy es un día grande para el mundo. No había otra salida razonable y democrática. Si hubieran intervenido por su cuenta USA o la OTAN, el mundo se les habría echado encima.
Ojalá la decisión marque además un cambio irreversible y la ONU y su Consejo de Seguridad recobren, o mejor, adquieran por fin, el protagonismo que deben tener en el gobierno del mundo. Un mundo multipolar, sin imperios, donde tiranos (no hay mejor nombre) como Ghadafi no tengan sitio.
Por lo demás, suerte para los libios, que se encontrarán ahora, ojalá llegue a ser así, ante un vacío de poder y la amenaza de enfrentamientos secundarios, porque hay que suponer que el ejército de Ghadafi quede moralmente deshecho. Esos son los riesgos de la libertad. Ahora es cuando hay que ayudarlos. Al menos el dinero del petróleo no les va a faltar, pero el dinero no lo es todo, peor aún, en el caso libio puede ser un peligro cierto.
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