He titulado esta entrada con la frase famosa de Hegel, “la
verdad está en el todo”, queriendo poner de manifiesto que una reflexión
estratégica nunca estará completa sin que todos los puntos de vista, todas las
perspectivas y posibilidades, se hayan tenido en cuenta. Debería por tanto
implicar un diálogo gigantesco y democrático entre todas las partes interesadas.
Sin que nadie intente imponer sus opiniones en base a argumentos de autoridad. Asegurándose
de que hasta los más humildes e indefensos son escuchados. La consideración de
todas estas tesis y antítesis dará lugar a una síntesis con valor estratégico,
en la que todo, el pasado con el presente y el futuro, Chiloé con Chile y el
resto del mundo, y todos, ricos y pobres, cultos e ignorantes, santiaguinos con
afuerinos y chilotes, políticos con tecnócratas y con simples ciudadanos, han
sido tenidos en cuenta o escuchados.
Discutiré a continuación un par de ejemplos en los que se
expone la necesidad de una discusión democrática entre todos los afectados para
justificar y decidir las grandes inversiones. Y cuando menciono a “todos los
afectados” debo indicar que el afectado más importante, el digno de mayor
consideración, es el pueblo de Chiloé con sus valores culturales a cuestas,
representado por sus autoridades y por el conjunto de su sociedad civil.
1).- El puente sobre el canal de Chacao.
(Tomado de La Tercera 2009) |
Algunos piensan, y probablemente tienen razón, que este puente traería
progreso a Chiloé. También piensan que los que se oponen a él argumentando que es una amenaza
para el mantenimiento de la cultura chilota, no le hacen bien a Chiloé, porque
si algo tan simple como un puente puede destruir nada menos que una cultura,
bien endeble es ésta, poco arraigada está entre los chilotes, y si es así, ni
con puente ni sin puente podrá sobrevivir.
El problema está en que los que argumentan así se dejan
atrás muchos considerandos.
a).- El puente traerá progreso, sí. Pero ¿qué progreso?
¿Será ese el progreso que más necesita Chiloé? Esa inversión de casi 800 millones de
dólares, ¿sería más rentable para Chiloé si aplicada en vez de al puente a mejorar
las comunicaciones interiores, por ejemplo ensanchando la ruta 5 y circunvalando
Castro, y/o multiplicando por 4 o 5 el número de kilómetros asfaltados en rutas
secundarias?
b).- Lo más probable es que el puente sea de peaje, y que
las tarifas de cruce sean similares a las de los barcos actuales; en tal caso,
¿qué ahorros traerá el puente para sus usuarios chilotes? Ninguno en plata. No
más de un 25% en tiempo de viaje hasta Puerto Montt, eso para los viajeros
desde Ancud, porque para los que procediesen de Castro o Quellón el ahorro en
tiempo no sería tanto y podría ser mucho mayor del 25% ensanchando la ruta 5 y haciendo una
circunvalación de la misma en Castro que construyendo el puente. Un ahorro que también lo sería en
vidas humanas.
c).- Los valores culturales de Chiloé están amenazados no
solo por el puente, pero también por éste. Los amenaza no necesariamente lo que
el puente es en sí mismo, sino lo que significa darle precedencia a estas
inversiones en grandes obras públicas sobre otras en educación, cultura,
desarrollo agrícola sustentable, infraestructuras turísticas, etc, quizá más
rentables y necesarias para el futuro de Chiloé.
2).- El parque eólico de Mar Brava.
Rompeolas de la playa de Mar Brava mirando desde su centro hacia el SSW (foto tomada hoy 15/06/2013) |
Se pretende implantar este parque eólico sin haber dado
argumentos suficientes que justifiquen la elección de un sitio tan bello y
prístino como la playa de Mar Brava. ¿Por qué en ella y no, por ejemplo, en los
cerros situados más hacia el interior, o en otros muchos lugares posibles en un
Chiloé que si algo tiene abundante y fuerte por todo su territorio es el
viento?
Quizá el argumento más poderoso, del que por cierto nunca se
habla, es que la mitad de la superficie del parque eólico estaría en terrenos
fiscales y todo él en cotas muy bajas próximas al mar, lo que abarataría los
costes de instalación y mantenimiento. Es decir, sería una cuestión de
optimización económica, objetivo que es totalmente respetable. Pero este pro
debería poderse comparar con los contras que resultan de que no solo la playa
de Mar Brava, sino todo el bellísimo golfo de Quetalmahue quedaría
irreversiblemente condenado a la fealdad de unos molinos de viento gigantescos.
Esa comparación no se ha hecho, pero lo que es peor, posiblemente es
irrealizable, por lo heterogéneo de sus términos. Sería comparar los ahorros en
pesos chilenos derivados de construir el Parque en la ubicación propuesta, con
el daño producido al paisaje afectado. Peras con manzanas. Valores económicos
contra valores culturales. Estos valores culturales
tienen finalmente repercusiones económicas, porque en ellos se sustenta uno de
los recursos naturales mayores de Chiloé, su belleza paisajística que atrae al
turismo. Pero esas repercusiones no son fáciles de calcular y por ello no
pueden compararse con valores económicos como la rentabilidad del parque eólico.
Unos valores estos económicos que pareciendo objetivos, al
fin y al cabo de pesos chilenos y kilovatios hora va la cosa, se prestan sin embargo a
innumerables manipulaciones, tanto en lo que se dice como en lo que no se dice.
Se dice que la implantación del parque eólico creará centenares de puestos de
trabajo, pero no se dice que son pocos centenares y que además solo lo serán
durante el par de años que dure la construcción del parque, el resto del tiempo
(un mínimo de 25 años, es decir, un compromiso a largo plazo), solo serán
necesarios menos de diez técnicos de mantenimiento. O se dice que el parque
dotará a Chiloé de autosuficiencia eléctrica, pero no se dice que en cualquier
red eléctrica, la de Chiloé también, la electricidad de origen eólico no
puede superar el 30% del total, porque el viento es por naturaleza fluctuante, de
manera que la mayor parte de la energía eléctrica producida en el parque tendrá
que ser exportada al continente. O se da el nombre de la empresa que va a
acometer el proyecto pero no se dice que esta empresa quiere obtener la
licencia de construcción del parque eólico y no otra cosa, porque en su
proyecto no figura la construcción de la línea de alta tensión que lleve la
electricidad eólica producida hasta el centro de conexión con la red eléctrica
continental (concretamente el Sistema Interconectado Central), que está en
Degañ, junto al control de Carabineros de la ruta 5, a casi 40 km en línea
recta del parque eólico proyectado. Tratándose además de una empresa pequeña,
con recursos de capital y posibilidades de crédito muy por debajo de los que
requiere esta inversión, es posible que su objetivo sea revender la licencia
obtenida a alguno de los gigantes transnacionales en producción de energía
eléctrica.
3).- Conclusiones.
De manera que, así como en el ejemplo del puente sobre el
canal de Chacao se presentaba un problema de asignación de los recursos
financieros disponibles, en este ejemplo de construcción del parque eólico de
Mar Brava el problema lo es de un conflicto entre valores culturales y
rentabilidad económica. ¿Se defiende la cultura de Chiloé oponiéndose a la
localización de este parque eólico en Mar Brava? Sin duda que sí. El argumento
que citaba al principio, que aplicado aquí tendría el siguiente enunciado: “si
la conservación de los valores culturales de Chiloé depende de la construcción
o no de un parque eólico, poco vigor tienen esos valores culturales”, este
argumento, se revela como falso. Porque la lucha lo es para que las decisiones de
grandes inversiones en Chiloé se tomen con la aprobación de la sociedad civil
chilota, y eso es luchar por la defensa de los valores culturales de Chiloé. Es hacerlo no solo contra un parque eólico teledirigido a ciegas desde Santiago, también contra un puente faraónico consumidor de recursos financieros tan necesarios para cosas más útiles, o contra una salmonicultura autogeneradora de sus propias crisis, o contra tantas otras iniciativas tomadas pensando solamente en la explotación de los recursos de Chiloé o como meros impulsos cortoplacistas.
Pero no basta con esto. La sociedad civil chilota, es decir,
el pueblo de Chiloé, no solo debe exigir su derecho a participar en la toma de
decisiones acerca de proyectos de inversión que condicionen a largo plazo su
futuro. Sino que debe tener su propia visión estratégica de cuál puede y debe ser
el futuro de Chiloé y a través de qué caminos llegar hasta él. Porque si no la
tiene, de poco le servirá la participación reclamada.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario