Es como si hubieras salido de un estanque profundo, de esos que yacen a veces escondidos en los bosques, al que he visto iluminado desde dentro por un resplandor sobrenatural. Sus aguas eran sólidas, impenetrables como el cristal de roca.
Estabas allí dentro, petrificada, y de pronto, sin romper nada, ya estás aquí. Ha pasado mucho tiempo que a la vez es ninguno, un instante larguísimo. Estás aquí, el color de tus mejillas y la risa bailando en tus ojos revelan tu vitalidad, que te rebosa.
Estás aquí y hemos llegado casi al final del túnel.
Tu fuerza.
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