sábado, 9 de febrero de 2013

Un día de niebla


Aquí en Chiloé yo vivo en unas alturas que se dejan caer casi a pico sobre el mar, entre Puñihuil y Duhatao. Mi casa está a 100 m de elevación, pero las partes más altas llegan a los 200. En verano hay muchos días en que soplan los vientos de travesía, lo hacen desde el oestesuroeste marino y llegan cargados de humedad y más fríos que la tierra que los recibe. No les queda otro remedio que ascender por los cañones y barrancos de la costa, con lo que su humedad se condensa en una niebla fina y persistente que llega a cubrirlo todo.
La niebla entrando desde el mar por uno de
los barrancos de Punta Tilduco.

La niebla es misteriosa, porque oculta a medias las cosas que cubre y uno llega a ver en esas formas borrosas no lo que realmente hay, sino lo que uno querría o temería ver. Lo es además porque en contraposición a las nubes, que son consistentes, compactas, la niebla es irregular, deshilachada, heterogénea, de manera que se ven y dejan de ver figuras que por eso pueden llegar a parecer fantasmales. También los sonidos, cuando se transmiten a través de la niebla, se quiebran y refractan muchas veces, así el grito de un niño puede llegarte de la dirección donde solo hay mar, y el ronquido de las olas de tierra adentro, confundiéndote, transformando el mundo que conoces en una sucesión de sorpresas.

La niebla hace parecer todavía más temible
este precipicio
No exagero. Hace algunos años una científica norteamericana, es decir, una persona fuera de toda sospecha de no ser alguien absolutamente racional, había salido una noche de verano a fumarse un cigarrillo desde una casa muy cercana a la mía, aquí en Duhatao. De pronto una extraña forma fantasmal, imprecisa y etérea, surgió  a su lado y voló con energía a su alrededor, desapareciendo a continuación en la noche. Aquella mujer se asustó bastante. Yo, que seguramente soy mucho más fantasioso que ella, he tenido experiencias similares en la terraza de mi casa, aquí en Duhatao. Pero tengo una explicación científica. En noches sobresaturadas de humedad y con algo de viento, se puede formar un paquete de niebla en cualquier instante y en cualquier sitio, el cual vuela a continuación, llevado por el viento, con rumbo desconocido.La primera impresión de un fenómeno así, hasta que uno consigue racionalizarlo, es de auténtico pánico. Aunque quién sabe… quizá alguno de estos paquetes de niebla no sean tales, sino verdaderos fantasmas errantes en la noche… y entonces el pánico sea justificable.


Invade bosques y montes
Esa niebla que en la mar es el terror de los navegantes, por los peligros que abre, en tierra firme es solo una fuente de melancólica fantasia. Es triste, sí, pero también dulce, humilde y sumisa. Puede darte miedo, pero la culpa será tuya, porque estarás pecando de un exceso de imaginación, de una calentura fantástica.

La niebla es lo mejor que hay para soñar despierto cuando después de un paseo por entremedio de ella llegas a tu casa, te quitas las botas e inevitablemente empiezas a recordar cosas maravillosas que te han pasado o has imaginado a lo largo de tu vida.

Eso te pasa porque la niebla te ha infectado de su melancólica fantasía. No te queda más remedio que dejarte invadir por esta última.

Y hasta convierte esta casa en una extraña nave fantasmal

2 comentarios:

Anónimo dijo...

felicidades,por su llegada a Chiloé de sus sueños,sus sutilezas con nuestros amigos los hermanos menores,esas gaviotas revoloteando cuando nos acercamos a sus lugares,los hermosos pudués que por esos alrededores,brilla mucho mas su piel,el sonar del aleteo del picaflor,la curiosidad del chucao en fin todo es hermoso ahí.Su casa se ve como un fantasma con la neblina.¿Su libro lo terminó?.¡algún día podre leer su libro de la travesía!¡¡¡bienvenido¡¡¡¡

olo dijo...

Gracias por su acogida.