miércoles, 17 de diciembre de 2014

Bandurrias y daucones





Las bandurrias que aparecen en estas fotos viven y anidan en los acantilados de la mismísima Punta Tilduco, constituidas en un grupo de 20 a 30 animales, pero comen bichejos de todo tipo en las pampas y lagunillas cercanas. Su vuelo es espectacular por la potencia que le imprimen sus grandes alas y una pechuga bien musculada, poderosa.  Salen todas las mañanas ordenadamente, en grupos de dos o tres, y vuelven por la tarde al menos una hora antes de que el Sol se ponga, hartas ya de comer. Entonces muchos días vuelan juguetonas en un va y viene colectivo, altas en el cielo, graznando chillonas para que todos sepamos que están allí. Para mí estos animales están expresando en ese momento su alegría de vivir, manifestando que en la biosfera no solo el hombre y los mamíferos superiores tienen sentimientos.

El Daucón me recuerda a San Simeón el estilita. Vive la mayor parte de su vida posado en lo más alto de ramitas pequeñas.


Allí hace todo lo que ha venido a este mundo a hacer. Canta, seguramente canciones de amor. Acecha a los pequeños insectos que vuelan o corretean ante él y los caza en breves y precisos picados. Tiene los ojos algo más separados y orientados hacia el frente que la mayoría de los pájaros, supongo yo que para mejorar su visión estereoscópica, necesaria para los vuelos de precisión que emprende.














Además cuando caza una presa se vuelve a posar en la punta de una ramita y allí la mantiene sujeta entre los dos lados de sus fuertes picos hasta que muere, eso al menos es lo que me parece a mí.

















Esta foto es una ampliación de la central en la que quizá se vea mejor el insecto cazado.





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