El Daucón me recuerda a San Simeón el estilita. Vive la mayor parte de su vida posado en lo más alto de ramitas pequeñas.
Allí hace todo lo que ha venido a este mundo a hacer. Canta, seguramente canciones de amor. Acecha a los pequeños insectos que vuelan o corretean ante él y los caza en breves y precisos picados. Tiene los ojos algo más separados y orientados hacia el frente que la mayoría de los pájaros, supongo yo que para mejorar su visión estereoscópica, necesaria para los vuelos de precisión que emprende.
Además cuando caza una presa se vuelve a posar en la punta de una ramita y allí la mantiene sujeta entre los dos lados de sus fuertes picos hasta que muere, eso al menos es lo que me parece a mí.
Esta foto es una ampliación de la central en la que quizá se vea mejor el insecto cazado.
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