viernes, 25 de febrero de 2011

Ballenas azules



Ayer pude fotografiar por fin bastantes soplos de ballenas azules razonablemente cerca de la orilla. Publico tres fotos características, y las dedico a mi hermana Ele, a la que tanto las ballenas como yo estamos esperando aquí en Duhatao.

Un soplo recién formado, y
debajo,
 el lomo negro de la ballena
Hasta tres soplos de tres
 animales distintos, uno de
 ellos algo retrasado
respecto a los dos
primeros,que están
ya disgregándose.
Las cifras relacionadas con las ballenas azules son todas espectaculares. El animal más grande actualmente existente, con hasta 30 ms de longitud y 150 toneladas de peso, con un cerebro de 6 a 7 kg, cinco veces más grande que el nuestro, etc. Pero todo esto no son más que números.

 El tamaño de las ballenas azules tiene bastante sentido biológico. Al ser animales que se alimentan de pequeños crustáceos, el krill, que filtran pasivamente a través de sus barbas, no necesitan quebrar sus movimientos con rapidez como otros cetáceos cazadores, tales el delfín o la orca, por eso pueden ser muy grandes y pesados. Esto facilita su vida en los mares fríos, porque a más grande el animal menor es la relación superficie/volumen de su cuerpo, y por lo tanto menos se enfría.

Pero el tamaño les hace respirar con enormes soplos verticales de aire y agua, y sus inmensos lomos negros nos parecen arrecifes cuando los vemos desde un barco. Ante nuestros ojos humanos ese gran tamaño las dota de una indudable majestad, que nos impresiona. Eso es lo admirable de las ballenas azules, así como el hecho de que, después de llevarse 20 millones de años evolucionando hasta convertirse en mamíferos terrestres parecidos al hipopótamo, decidieron volver a los océanos, y emplearon otros 20 millones de años en transformarse en inteligentes, sociables y bellas ballenas azules, no ya las reinas del mar, que quizá lo sean las orcas, pero sí sus emperatrices.

Son por todo ello un ejemplo insigne y manifiesto de la escala del tiempo evolutivo, así como de lo que es la voluntad biológica de vivir, que las ha llevado a dominar un medio absolutamente adverso para un mamífero, como son los océanos.



El ciclo de respiración de la ballena es siempre el mismo.
 Navegando como va a una velocidad que puede llegar hasta
los 10-12 nudos, la ballena emerge, vacía sus pulmones en un soplo,
aspira aire fresco y vuelve a sumergirse.
Aquí vemos cómo una ballena azul ha dejado atrás su soplo y se prepara
probablemente para arquear su cuerpo y sumergirse de nuevo
Con un poco de buena voluntad puede verse también, casi en el extremo derecho del lomo
 negro, la aleta dorsal, que en las ballenas azules es pequeña, poco más que una protuberancia.



P.S. Para ver las fotos de los soplos algo más grandes y con más detalles, basta con picar sobre ellas con el botón izquierdo del ratón.








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