sábado, 17 de septiembre de 2011

EL VIENTO

El Gipsy Moth IV cruzando frente al cabo de Hornos, en foto tomada por la aviación chilena


Lo sientes en tu piel, como si te acariciaran unos dedos invisibles. Oyes sus gemidos algunas veces en la noche y te parecen los de un espíritu que pide socorro. Nunca lo ves, pero es el más real de los fantasmas: el viento.

Para convencerte de que es algo más que un sueño dispones de sus efectos sobre otras cosas bellas: las velas llenas de un barco blanco y airoso, las aspas girando alegres de los molinos quijotescos u holandeses, las nubes corriendo por el cielo, las olas que al romperse en la playa dejan atrás estelas voladoras de espuma blanca, el pelo suelto de una mujer a la que amas, en esa misma playa, movido y enredado por la brisa. También dispones de fenómenos estremecedores, por lo menos de sus fotos, como el temporal de viento y mar que arrastra al Gipsy Moth, en la foto que encabeza esta entrada.

A veces tienes la impresión de que el viento te está hablando. Eso te sucede en noches de tormenta. Tu casa cruje, te acuerdas de cuando eras todavía un niño, te arrebujas entre las sábanas, bajo las mantas. ¿Qué te está diciendo el viento?  No lo sabes. A veces te parece que se queja, otras solamente oyes sus murmullos, como si quisiera contarte un secreto. Pero te has equivocado ya tantas veces acerca de lo que el viento quería decirte… lo has engañado tú tantas veces, has oído con tanta reiteración solamente lo que querías oir, inventándolo…

 Vivir es navegar los vientos que te van llegando. Si esto te llena de dudas, si te sientes confuso o asustado o esperanzado, no puedes hacer otra cosa que seguir viviendo. ¿Quién sabe? 

No hay comentarios: