Un amigo que sabe lo que dice me cuenta que bastará con que
el rating de la deuda española suba un escalón, por ejemplo, del Moody Baa actual (medium) al A (upper medium), todavía muy por
debajo del Aa (high quality) y más
aún del Aaa (highest quality) que
tenía cuando empezó esta crisis, para que empiece a rodar un círculo virtuoso
que terminará sacándonos de la miseria en que estamos. El paso al rating A hará que bajen los intereses
interbancarios, lo que resultará en que los bancos extranjeros empezarán a
prestarle de nuevo dinero a los españoles, ergo el crédito a las empresas volverá,
ergo la economía se pondrá en marcha, ergo el paro descenderá, etc, etc, hasta
que en varios años vuelva España a una situación económica desahogada.
También me dice que los datos macroeconómicos de España
están mejorando, lo que hace cada día más probable que ese acontecimiento (paso
del Baa al A) se produzca antes de que acabe el 2013, marcando así el comienzo
de la recuperación.
Estupendo. Sin embargo, todo esto me hace pensar lo
siguiente:
1).- Siendo estas crisis económicas cíclicas iguales en lo
esencial a las que siempre ha venido sufriendo España, un país deficitario en
capital por lo menos desde que Colón descubrió América, ahora vienen con un
cambio sustancial.
2).- En efecto, antes la salida de la crisis pasaba por una
recesión económica que obligaba a devaluar la peseta y producía cierre de
empresas y paro, hasta que España volvía a ser competitiva.
3).- Ahora, como nuestra moneda es un euro que no tenemos la
potestad de devaluar, la salida de la crisis pasa solamente por el cierre de
empresas y el paro. Los españoles que tienen euros los invierten en el
extranjero con buenas rentabilidades.
4).- Ahora los políticos españoles solo pueden aplicar
medidas de austeridad que afectan a los ciudadanos (trabajadores y empresarios
pequeños y medianos), no, como antes, también medidas financieras (devaluación)
que afectan al capital (inversores extranjeros, grandes empresas sistémicas y
ahorradores).
5).- De manera que las cargas de la crisis las soportan los
hombros más débiles mucho más ahora que antes.
La conclusión es que habiendo cambiado drásticamente las
reglas del juego económico, ya no sirve aquella vieja política en la que los
políticos conservadores luchaban por reinvertir la riqueza creada mientras que
los políticos socialdemócratas luchaban por repartirla. Ahora todos los
políticos tiene ante ellos una tarea mucho más básica: luchar para que España
mantenga su competitividad en un mercado globalizado, lo que significa luchar para
que:
- Los españoles estén mejor educados.
- Las empresas españolas sean más innovadoras y competitivas.
- El sector público español, incluyendo a los grandes sindicatos, sea más eficaz y transparente.
- Aumente la igualdad de oportunidades de los españoles cuando nacen.
- Disminuyan la corrupción, el nepotismo y las desigualdades entre regiones y clases sociales.
Todo esto implica un cambio importante en la naturaleza de
los desafíos que los políticos españoles tienen que afrontar, por lo tanto un
cambio radical en sus modos, formas y planteamientos básicos. Los políticos españoles tienen que cambiar. Aquí es donde
puede estar el desafío más importante y difícil para España en los próximos
años.
El Roto (2012) Viñetas para una crisis (Reservoir Books) |
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