Es muy
pronto para siquiera barruntar qué trayectoria va a poder seguir
este Papa. Pero ha empezado poniendo de manifiesto no sólo que es sencillo, sino que quiere entronizar la sencillez
en ese estado del Vaticano aterradoramente bello y grandioso. Más precisamente, la especifica sencillez de Francisco de Asís, uno de los tres o cuatro santos más grandes que ha tenido el cristianismo. Se trata de una
sencillez radical, auténtica, no de una apariencia de
sencillez.
También desde el primer momento ha querido hacer explícito su compromiso prioritario
con los que son nombrados en las Bienaventuranzas evangélicas: los pobres, los mansos, los que sufren, los que
piden justicia o son perseguidos por su causa, los misericordiosos, los
bienintencionados, los que luchan por la paz. Este es todo un ambicioso
programa político, fácil ademas de articularse en proyectos concretos. Presiento
que lo mejor que va a darnos este Papa es ese compromiso solidario y cercano
con los bienaventurados.
Probablemente
será también, por coherencia con su experiencia de vida, un Papa más latinoamericano y africano que todos los anteriores, en
este sentido una versión corregida y aumentada de
Juan Pablo II. Ello le obligará a ser un Papa
viajero y peregrino, que pase mucho tiempo lejos de Roma, para lo que necesitará mantener su buena salud. No creo que induzca a la confrontación político/social en esos
continentes, claro que no, eso un Papa es casi imposible que pueda permitírselo. Lo que intentará es mover al conjunto de las
iglesias, con sus obispos a la cabeza, es decir, desde la moderación, hacia una posición más evangélica. Todo lo cual puede tener
profundas repercusiones fuera de la Iglesia.
Por
ultimo, se presenta como un Papa conservador en las costumbres y en las
creencias. Ya ha hablado del Demonio como un enemigo próximo y real, tanto como puede serlo la multitud de guerras
y maldades que puebla el mundo. Luchará contra el aborto, pero
ayudando a tantas mujeres inocentes que se ven abocadas a abortar, también lo hará contra esa eutanasia que se
va haciendo más próxima a medida que las sociedades avanzadas envejecen. Y
contra innovaciones como el matrimonio homosexual, pero por defender a la
familia tradicional y desde un respeto fraternal hacia los homosexuales.
En fin,
que tiene trazas de ser un Papa innovador en la praxis y conservador, quizá sería más correcto decir evangélico, en la doctrina.
Como
hombre de profunda fe cristiana que sin duda es, creo que lo que este Papa le
demanda ahora mismo al conjunto de los católicos es lo que ya reclamó a los pocos minutos de haber sido nombrado, desde el majestuoso balcón de la basílica de San Pedro: que recen por él.
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