miércoles, 20 de marzo de 2013

Francisco I Papa


Es muy pronto para siquiera barruntar qué trayectoria va a poder seguir este Papa. Pero ha empezado poniendo de manifiesto no sólo que es sencillo, sino que quiere entronizar la sencillez en ese estado del Vaticano aterradoramente bello y grandioso. Más precisamente, la especifica sencillez de Francisco de Asís, uno de los tres o cuatro santos más grandes que ha tenido el cristianismo. Se trata de una sencillez radical, auténtica, no de una apariencia de sencillez.

También desde el primer momento ha querido hacer  explícito su compromiso prioritario con los que son nombrados en las Bienaventuranzas evangélicas: los pobres, los mansos, los que sufren, los que piden justicia o son perseguidos por su causa, los misericordiosos, los bienintencionados, los que luchan por la paz. Este es todo un ambicioso programa político, fácil ademas de articularse en proyectos concretos. Presiento que lo mejor que va a darnos este Papa es ese compromiso solidario y cercano con los bienaventurados.

Probablemente será también, por coherencia con su experiencia de vida, un Papa más latinoamericano y africano que todos los anteriores, en este sentido una versión corregida y aumentada de Juan Pablo II.  Ello le obligará  a ser un Papa viajero y peregrino, que pase mucho tiempo lejos de Roma, para lo que necesitará mantener su buena salud. No  creo que induzca a la confrontación político/social en esos continentes, claro que no, eso un Papa es casi imposible que pueda permitírselo. Lo que intentará es mover al conjunto de las iglesias, con sus obispos a la cabeza, es decir, desde la moderación, hacia una posición más evangélica. Todo lo cual puede tener profundas repercusiones fuera de la Iglesia.

Por ultimo, se presenta como un Papa conservador en las costumbres y en las creencias. Ya ha hablado del Demonio como un enemigo próximo y real, tanto como puede serlo la multitud de guerras y maldades que puebla el mundo. Luchará contra el aborto, pero ayudando a tantas mujeres inocentes que se ven abocadas a abortar, también lo hará contra esa eutanasia que se va haciendo más próxima a medida que las sociedades avanzadas envejecen. Y contra innovaciones como el matrimonio homosexual, pero por defender a la familia tradicional y desde un respeto fraternal hacia los homosexuales.

En fin, que tiene trazas de ser un Papa innovador en la praxis y conservador, quizá sería más correcto decir evangélico, en la doctrina. 

Como hombre de profunda fe cristiana que sin duda es, creo que lo que este Papa le demanda ahora mismo al conjunto de los católicos es lo que ya reclamó a los pocos minutos de haber sido nombrado,  desde el majestuoso  balcón de la basílica de San Pedro: que recen por él.

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