jueves, 13 de febrero de 2014

Agobios logísticos de un Tiuque

Ayer por la mañana un Tiuque vivió una pequeña aventura frente a mi ventana, que revela la clase de personajes expresivos y divertidos que los Tiuques son. Iré comentando las fotos, por grupos de tres y en el orden de izquierda a derecha para los fotos y de arriba abajo para los grupos.


Llegó el Tiuque y tomó posesión de un trocito de pan (izqda). Lo que normalmente hacen es llevárselo en el pico (centro) para comérselo tranquilamente en un árbol cercano. Pero este trozo era demasiado grande. Al atacarlo con su pico se le partió en dos pedazos, corteza y miga, cada uno de los cuales agarró con una de sus patas (dcha).




¿Qué hacer ahora? Intentó (izqda) llevarse el trozo de miga en el pico y el de corteza en la garra izquierda, pero por lo que fuera no le convenció la solución. Incluso perdió el equilibrio y tuvo que aletear (centro), volviendo de nuevo a la posición de partida: un trozo de pan en cada garra y sin saber qué hacer (dcha).




Parecía perplejo (izqda), eso sí, agarrando firmemente sus dos trozos de pan, no fuera a ser que alguien se los quitara. Volvió a intentar llevarse el trozo más grande en la boca (centro) pero nada, imposible. De nuevo lo vemos (dcha) como empezó, fracasado y probablemente un poco cabreado.




Porque enseguida (izqda) empezó a cantar su enfado con una serie de graznidos, tal y como suelen cantar los Tiuques. Probablemente estaba simplemente echando maldiciones, porque no había ningún otro Tiuque a la vista. A la vez que graznaba aleteaba (centro), quizá para poner más de manifiesto su desesperación. El caso es que volvió por segunda vez a su posición inicial y allí se quedó pensando (dcha).



Finalmente, no le quedó otra que arriesgarse. Con un trozo de pan en cada garra se echó a volar (izqda), perdiéndose así en la distancia.


Lo que pone de manifiesto una vez más que los animales, en este caso los Tiuques, aunque tienen un lenguaje y una capacidad de razonar menos evolucionados que los nuestros, son capaces de plantearse problemas, atacarlos y resolverlos. Vamos, que no son máquinas. Lo que viene corroborado porque en algunos momentos de este proceso puedan llegar a perder (un poco) los nervios. El que los pierdan también implica que tienen sentimientos. Y si los tienen, es que son capaces de sufrir. Por eso debemos tratarlos con respeto, procurando no hacerles daño. Esto para muchos es obvio, pero hay gente, desgraciadamente, que todavía lo ignora.

P.S. Las fotos se presentan, obviamente, en el orden temporal en que se tomaron. La resolución original de las fotos es muy buena, aunque ha habido que comprimirlas bastante, y aún así la apertura de la página puede ser muy lenta para los que tengan poca anchura de banda (como me pasa a mí en Duhatao). Picando en los grupos de fotos quizá puedan verse con más resolución.




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