(Cosas vistas en Duhatao el domingo 9 de febrero. Dedicado a los que no pueden venir a verlas).
1).- La caca del Trauco.
Esta tarde la he visto por primera vez en mi vida y tengo pruebas fotográficas. No es que yo crea o deje de creer que es en verdad la caca del Trauco, sino lo que mucha gente en Chiloé afirma (ver mi entrada "El Trauco o Roende. Sus andanzas", del 8 marzo 2011).
Dando un paseo encontré al borde del sendero lo que aparece en las fotografías. Algo de aspecto mucilaginoso y color amarillo intenso (foto 1ª). Cuando levanté el trozo de tierra donde estaba, también llenaba el intersticio entre aquél y la tierra firme (foto 2ª). No tenía olor.
Mi impresión personal es que se trata de un mixomiceto u otro hongo análogo, capaz de crecer muy rápidamente en las condiciones ambientales adecuadas. Si hubiera tenido un microscopio a mano habría podido verificarlo.
Pero me gustaría que fuera en verdad la caca del Trauco, porque, como la huella dejada por el Yeti sobre la nieve himaláyica, sería una prueba de su existencia real.
2).- Esa luna chilota que nunca miente.
Cuando yo estudié Naútica, el profesor de Navegación Astronómica (algo que desde que existe el GPS ya no es necesario) nos contó que los marinos españoles llamaban a la Luna la puta del Almanaque Naútico, por dos razones. Primero porque sus movimientos eran tan complejos que los cálculos con ella eran difíciles. Pero segundo porque cuando tiene forma de C está en cuarto menguante (no Creciente), y cuando tiene forma de D, en cuarto creciente (no Decreciente o Menguante). De aquí el dicho popular en España, "la Luna miente", para que los niños recuerden al verla en que cuarto está.
Pues bien, toda esta historia solo es aplicable en el hemisferio Norte. En el hemisferio Sur y concretamente en Chiloé la Luna nunca miente. Por eso estaba esta tarde marcando un cuarto Creciente ya avanzado, indicio seguro de que se aproxima la Luna llena, esa que festejará la gente joven en la playa de Cucao.
3).- La lucha por la vida desde mi ventana.
Mi iniciativa de dar pan a los Tiuques en el barandal de mi terraza está teniendo ya consecuencias darwinianas. Al pan de los Tiuques empezaron a acudir los Traros, pero los primeros, aunque más pequeños, son valientes y capaces de expulsarlos. Hoy, sin embargo, han empezado también a acudir los Jotes, y con estos los Tiuques no se atreven. No sé cómo voy a resolver este conflicto.
En la foto, esta mañana un Tiuque comía el pan en mi terraza con la fineza del que lo está haciendo en un lujoso restaurante.
Pero esta tarde apareció un Jote de cabeza roja y no hubo Tiuque que se acercara, hasta que yo tuve que echarlo.
Moraleja: la intervención humana en un entorno natural hay que hacerla con sumo cuidado, incluso hay que no intervenir, limitándose a observar.
Y para terminar, así ha sido hoy el crepúsculo en Punta Tilduco. ¿Presagia el pronto vuelo nupcial de los chalilos? Quizá. Mejor dicho: ojalá.
1 comentario:
También ví la caca del trauco ,julio de 2022 ....
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