Mi pan de hoy, el cuarto o quinto que preparo en mi vida,
recién salido del horno. Corteza crujiente, miga consistente. Me siento
razonablemente satisfecho, aunque sé que no debe confiarme. Murphy el pérfido,
el que inventó la famosa ley, “Si algo puede
salir mal, antes o después terminará saliendo mal”, ese tipejo, siempre está al acecho de los incautos.
2 comentarios:
Caramba, me abre el apetito.
Y la curiosidad por saber si congela parte de la producción o cómo la conserva...
Buen provecho, en todo caso!
Congelo. Saco un panecillo por día, y la verdad es que se conservan muy bien en el congelador.
De lo poco que sé hasta ahora de este negocio, el amasado me parece fundamental (quizá por mi mala experiencia con la harina Merkat); yo me lo planteaba como un combate de boxeo y ahora creo que es más como un masaje tailandés. También me parece importante la altura de la bandeja dentro del horno, suficientemente alta para que la corteza salga crujiente.
Pero cuidado con mis opiniones, ¡soy un novato!
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